Una mutación del virus en España pudo provocar la segunda ola del coronavirus en Europa

  • La variante se observó por primera vez en España en junio

  • El origen estuvo en Aragón y Cataluña, de ahí pasar a Valencia y extenderse

  • Surgió a principios del verano de 2020

El foco de la segunda ola de coronavirus en Europa pudo surgir de España. Lo señala un estudio suizo en MedRsiv, en un artículo que ciertamente no ha sido certificado por revisión por pares, es decir, que informa sobre nuevas investigaciones médicas que aún no se han evaluado y, por lo tanto, no deben utilizarse para guiar la práctica clínica. Hecho este inciso, relevante, el informe da algunas claves que pueden explicar el impacto inicial de la segunda ola en España, algo que provocó la alarma en Europa e incluso una mención en su día de Donald Trump y publicaciones en prestigiosos medios internacionales centrados en la situación de nuestro país.

El informe destaca que una variante del coronavirus surgió a principios del verano de 2020, presumiblemente en España, y desde entonces se habría extendido a varios países europeos. La variante se observó por primera vez en España en junio y ha estado en frecuencias superiores al 40% desde julio. Fuera de España, la frecuencia de esta variante ha aumentado de valores muy bajos antes del 15 de julio a llegar al 40-70% en Suiza, Irlanda y Reino Unido en septiembre. Esa misma variante se ha vuelto también frecuente en Noruega, Letonia, Países Bajos y Francia. El informe confiesa que del resto de países de Europa poco se puede decir porque se dispone de pocas secuencias recientes.

El informe señala que las secuencias de este grupo (20A.EU1) difieren de las secuencias ancestrales en 6 o más posiciones, incluida la mutación A222V en la famosa proteína de pico y A220V en la nucleoproteína. Entre los investigadores que firman el estudio se encuentran dos españoles: Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia, y Fernando González Candelas, de la Universidad de Valencia.

La apertura de fronteras parece ser una de las claves de la propagación. Muchos países de la UE abrieron sus fronteras a otros países el 15 de junio, aunque los Países Bajos mantuvieron el Reino Unido en su lista "naranja". España abrió sus fronteras a Estados miembros de la UE (excepto Portugal, a petición de Portugal) y países asociados el 21 de junio.

Los datos epidemiológicos vinculados de España indican, según el informe, que las secuencias más tempranas del grupo están asociadas con dos brotes conocidos en el noreste del país. La variante de racimo parece haberse extendido inicialmente entre los trabajadores agrícolas de Aragón y Cataluña, luego se trasladó a la población local, donde pudo para viajar a la Comunitat Valenciana y al resto de

país.

Durante un brote dinámico como este, destaca el informe, es particularmente difícil si la expansión del virus se expande porque tiene una ventaja intrínseca o debido a factores epidemiológicos, pero en cuanto al detectado en España, los autores del informe determinan que fue dispersado por Europa por viajeros que se movieron desde y hacia España. No se descarta que los contagios se produjeran entre grupos demográficos que tenían más probabilidades de participar en comportamientos de riesgo en España y continuar participando en tal comportamiento en sus hogares. La llegada del otoño ahora también ha sido una agravante.

El informe advierte que si 20A.EU1 o la variante 20A.EU2 aumentan la transmisibilidad del virus, es posible que las medidas de control de infecciones anteriormente efectivas no sean ahora suficientes por lo que es imperativo comprender si las nuevas variantes afectan la gravedad de la enfermedad. Hasta ahora, el informe señala que no tiene evidencias, aunque explica que la baja mortalidad durante el verano en Europa se explica principalmente por un marcado cambio en la distribución por edad de los casos confirmados y esta variante aún no era lo suficientemente frecuente en julio y agosto. Por lo que el otoño y su mortalidad será clave para ver cómo de letal es esta mutación. Este trabajo subraya la importancia de un esfuerzo de secuenciación coordinado y regular, particularmente en comunidades estrechamente asociadas como Europa, con el fin de detectar, rastrear y analizar variantes emergentes del SARS-CoV-2.

Lo que sí advierte el informe es que hay que vigilar cuidadosamente los movimientos de los viajeros de áreas con alta incidencia de SARS-CoV-2 a través de Europa porque las pautas y restricciones de viajes de verano en general, no fueron suficientes.