Sobrepeso u obesidad: ¿Cuál es la diferencia entre ambos y cuáles son sus riesgos?

Sobrepeso y obesidad son dos términos que tienden a confundirse o decirse a la ligera para referirnos a personas por encima de su peso normal, pero no son lo mismo. Uno, de hecho, alude a una peligrosa enfermedad. ¿Cuál es la diferencia y cuáles son los riesgos de ambas condiciones?

Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto el sobrepeso como la obesidad se miden en función al Índice de Masa Corporal (IMC), un indicador que nos dice cuándo tenemos una acumulación anormal o excesiva de grasa perjudicial para la salud.

¿Tengo obesidad o sobrepeso?

El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros, es decir, Kg/m2.

Cuando el IMC es igual o superior a 30 Kg/m2, hablamos de obesidad, mientras que si es inferior hablaremos de sobrepeso.

¿Qué es el sobrepeso y qué es la obesidad?

Obesidad significa tener mucha grasa corporal. El sobrepeso, en cambio, significa pesar demasiado. Es decir, puedes tener sobrepeso y que no se deba a que tengas demasiada grasa, sino que puede ser derivado del músculo, hueso o retención de líquido.

Si tu peso es mayor del que se considera saludable para tu estatura, y además tienes un IMC igual o superior a 30 Kg/m2, lo que padeces es obesidad, mucho más grave porque se trata de una enfermedad crónica. Generalmente, se considera obesos a los adultos con un IMC de 30 a 39,9, y extremadamente obesos a aquellos con un IMC superior o igual a 40, según Medine Plus.

En la mayoría de los países del mundo, la obesidad tiene una alta prevalencia. Según un informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) de 2020, los países con mayores índices de obesidad entre su población adulta son Estados Unidos y México, seguidos por Nueva Zelanda, Hungría y Australia.

Riesgos de la obesidad

La obesidad no solo limita la calidad de vida, sino que además puede causar otros problemas de salud, que incluyen enfermedades cardiacas, diabetes, cáncer, hipertensión, niveles altos de colesterol o de triglicéridos, aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, afecta al hígado y la vesícula, puede provocar apnea del sueño y problemas respiratorios, artrosis e incluso problemas ginecológicos como la infertilidad.

La manera de combatir la obesidad es cambiando el estilo de vida, lo cual se recomienda hacer con la ayuda de un especialista que nos elabore una dieta elaborada.

Las personas cuyos padres tienen obesidad, podrían heredar los genes denominados FTO (gen de materia grasa y obesidad asociada, según sus siglas en inglés), que tienen un efecto poderoso sobre nuestros hábitos alimenticios y cuán fácilmente acumulamos grasa, según un artículo de la BBC. En caso de heredar dos copias del gen FTO –una de cada progenitor–, habrá un 50% más de probabilidad de tener sobrepeso u obesidad.