Cuántos tipos de tos existen: aprende a identificarlas

  • Hay tos productiva, tos persistente, tos seca, tos nerviosa

  • Puede ser síntoma de la presencia de un virus o bacteria en nuestro organismo

  • Puede aparecer en situaciones de estrés o tensión nerviosa

La tos, cuando se convierte en repetida y deja de ser puntual, es uno de esos gestos indicativos de que algo no va del todo bien en nuestro sistema respiratorio. Ahora se usa incluso para detectar el coronavirus. Se trata de un acto reflejo que puede provocarse de forma voluntaria, pero que surge con frecuencia de forma involuntaria en reacción a la necesidad de expulsar secreciones o liberar a nuestro organismo de elementos extraños que han entrado en nuestras vías respiratorias. La mayoría de las veces se trata de un síntoma sin demasiada importancia, asociado a dolencias tan comunes como un simple resfriado. Sin embargo, conviene conocer los tipos de tos existentes y prestar atención a las reacciones que genera nuestro organismo: la tos puede darnos pistas sobre la presencia de alguna enfermedad grave.

Tos productiva, tos persistente, tos seca, tos nerviosa... ¿Qué tipos de tos existen y qué significan?

Tener tos no significa necesariamente estar enfermo: todos la experimentamos prácticamente a diario en un momento u otro porque se trata de un mecanismo clave para mantener limpias nuestras vías respiratorias. por ejemplo, la presencia de polvo, un ambiente cargado o contaminado, el humo del tabaco, cambios de temperatura o humedad... pueden provocar tos de forma puntual.

Sin embargo, cuando la tos se convierte en persistente y comienza a molestarnos, es hora de estar atentos a este síntoma para identificar de qué tipo de dolencia estamos hablando.

Lógicamente, ante la presencia de un virus o bacteria en nuestro organismo, la tos aumentará en la medida en la que aumenten las sustancias que expulsar, como es el caso de las mucosidades que segregamos durante este tipo de procesos precisamente para limpiar nuestro organismo. La tos, en este sentido, suele asociarse a enfermedades como la rinitis, la laringitis, la bronquitis, la sinusitis, etc.

También conviene recordar que algunos medicamentos provocan tos, y lo mismo ocurre con las situaciones de estrés o tensión nerviosa. En este último caso nos encontraríamos ante una tos ‘psicológica’ y relativamente voluntaria (aunque puede que no seamos del todo conscientes de ello), no relacionada con ninguna dolencia física, como puede ser un resfriado o una gripe. Al contrario, se trataría de una tos que se genera como forma de alivio o de llamada de atención, por lo que respondería a un proceso muy distinto con respecto a los casos anteriores.

En general, las causas más frecuentes de la tos persistente en niños de hasta 18 meses son el asma, el reflujo gastroesofágico o la existencia de anomalías vasculares. En el caso de adolescentes la tos psicógena, el asma y la sinusitis son las causas más comunes y, en el caso de los adultos, nos encontramos con el goteo posnasal (mucosidad que cae de la nariz hacia la garganta por la parte posterior), el reflujo gastroesofágico y el asma.

En cuanto a los tipos de tos, son los siguientes:

  • Tos aguda. Según su duración en el tiempo, la tos aguda es la que persiste un máximo de seis semanas.
  • Tos crónica. Hablamos de este tipo de tos cuando se supera el umbral de las seis semanas, convirtiéndose en un problema de carácter prolongado.
  • Tos seca, ineficaz o improductiva. Es la tos que no genera expectoración y, por tanto, no expulsa secreciones ni elementos extraños. Esta tos suele ser irritante y poco útil, por lo que es conveniente reducir este impulso a través de antitusivos o antihistamínicos, en función de la causa que la provoque. Puede tener como causa una infección de las vías respiratorias altas por virus del resfriado común, y puede evolucionar a la tos productiva en este contexto. También puede deberse a una irritación repetida de las vías respiratorias.
  • Tos húmeda, eficaz o productiva. Se trata de tos que produce expectoración, es decir, expulsión de mucosas y otras sustancias originadas en las vías respiratorias bajas. En este caso es mejor no tomar ningún medicamento para eliminarla, ya que su función es mu útil para acabar con cualquier infección. Esta tos se relaciona también con infecciones en las vías respiratorias por virus del resfriado común, entre otras dolencias.
  • Tos nerviosa o psicosomática. Este tipo de tos tiene un origen muy distinto a la de los casos anteriores. La tos funciona en algunos casos como reacción somática ante situaciones de estrés o de desequilibrio emocional, aunque muchas veces la persona que experimenta este tipo de tos no sabe identificar la causa con el efecto. Aunque no es una tos peligrosa para la salud, sí tiene que ver con aspectos psicológicos de quien la experimenta (autoestima, nivel de seguridad...)

Cada tipo de tos requerirá un tratamiento distinto. En general, existen medicamentos que pueden ayudar a potenciar el efecto de la tos productiva para librarnos cuanto antes de todos los elementos extraños que se encuentren en nuestras vías respiratorias, así como fármacos pensados para cortar de raíz la tos seca y romper con la espiral de irritación y molestias que ésta genera en quien la padece. Del mismo modo, la terapia psicológica puede ser de gran ayuda para quienes sufran tos nerviosa o psicosomática.

En los dos primeros casos (es decir, siempre que la tos tenga como causa una enfermedad respiratoria), siempre es recomendable beber mucha agua para humedecer las vías respiratorias, así como mantener el ambiente ligeramente húmedo. También conviene ventilar para evitar el polvo y, por supuesto, evitar el tabaco. Por último, las infusiones también pueden ser de gran ayuda para facilitar la fluidez de las secreciones.