¿Por qué el viento da dolor de cabeza?

El Tiempo Hoy 07/02/2017 13:13

Aunque parezcan el mismo, hay decenas de dolores de cabeza diferentes: migrañas, cefaleas, sinusitis, tensionales, inflamatorios... A esta lista se le añaden esos dolores de cabeza que suelen aparecer cuando hay viento y podemos notar en las sienes o incluso en la frente. Son más propios de las personas 'meteosensibles', es decir, aquellas cuyo organismo se resiente antes o durante los cambios de tiempo, sobre todo cuando se dan las condiciones atmosféricas más alejadas de los umbrales climáticos a los que estamos acostumbrados.

Y no son pocas: según los estudios, más de la mitad de población mundial es 'meteorosensible', lo que significa que, cuando hay un cambio brusco de presión atmosférica, lluvias u otros eventos meteorológicos a los que no estamos acostumbrados, nuestro cuerpo reacciona, como es el caso del viento, con dolores de cabeza.

¿Por qué el viento nos suele dar dolor de cabeza?

Hay que dejar claro que el viento en sí no es lo que produce el dolor, sino las corrientes de aire a las que viene asociado. Con estas corrientes suceden dos cosas: por un lado, una masa de aire sustituye a otra y cambian de forma súbita parámetros como la humedad, temperatura o presión; y por otro lado, la corriente trae consigo componentes gaseosos, contaminantes y partículas sólidas suspendidas en el aire.

Con el cambio de presión, el nivel de oxígeno en el cuerpo humano sufre pequeños cambios, lo que hace que los vasos sanguíneos se expandan o contraigan buscando siempre ajustarse a ese nivel de oxígeno. Y de ahí viene el dolor, en la variación en el diámetro de los vasos sanguíneos.

El ruido del viento tampoco ayuda

Es posible que a personas que no son 'meteosensibles' también les ocurra que, de vez en cuando, cuando llega el viento, les entre un molesto dolor de cabeza. Esto es porque el ruido (así como otros fenómenos como el estrés, fatiga o resplandor) del viento nos puede generar molestias en la sien.

Para evitarlo, es importante cerciarnos de que las ventanas están bien cerradas y evitar los cuartos o estancias donde el ruido sea muy evidente. Si esto ocurre por las noches, unos tapones son siempre la mejor solución.