El corazón en la ventana que une a Luis, con demencia senil y Fanny, su hija con síndrome de Down

  • Los trabajadores de la residencia Casaverde de Catral, en Alicante, han hecho posible el pequeño milagro de que Fanny y su padre Luis sigan conectados

  • Cada despedida entre Fanny y su padre Luis era un desgarro emocional para él: un corazón en una ventana lo ha evitado en una residencia de Alicante

  • Luis se ha pasado la vida cuidando a su hija Fanny que lo tiene claro: "Mi padre es precioso, le quiero mucho", grita por la ventana mientras su padre no le quita ojo

Hay muchas familias con algún dependiente a su cargo que se enfrentan, en algún momento de su vida, a la complicada situación de qué hacer cuando el padre o la madre empieza a perder facultades e ingresa en una residencia de ancianos. A veces, el contacto diario entre ellos es muy necesario, incluso, a nivel terapéutico como en esta historia de un padre y su hija con síndrome de down. Cada despedida entre Fanny y su padre Luis era un desgarro emocional para él ya que cuando ella se iba de su lado él pensaba que se la estaban quitando. Que se la arrebataban, no entendía nada. Luis no lo comprendía.

Pero un día, los cuidadores de Luis observaron que podía leer y le escribieron un mensaje en la habitación. "Hola Luis, que sepa que su hija vive aquí, lo que pasa es que les distancia un jardín". Así que el padre, como un niño en busca de su ilusión, buscaba a su hija a través de la ventana. Pero como había muchas, los trabajadores de la residencia Casaverde de Catral en Alicante decidieron hacer la ventana de Fanny tan peculiar y especial como esta historia de amor. Así que pusieron un corazón en el cristal. Y ahí Luis sabe que está su Fanny. Siempre.

Fanny: "Tengo un padre precioso"

Fanny lo tiene claro: "Le quiero mucho, demasiado, tengo un padre precioso". No es para menos. Toda la vida junto, cuidando de ella que tiene síndrome de down y enseñándola a ser independiente hasta que una demencia senil le impidió seguir a su lado. Fue entonces cuando los dos llegaron a la residencia Casaverde de Catral, en Alicante, pero situados en distintos edificios. Luis no lo comprendía pero un día la psicóloga del centro, Vanesa López, observó que podía leer y todo cambió con el mensaje que escribieron en su habitación indicándole que su hija vivía en el mismo lugar que él pero separados por un jardín.

Luis la buscaba a través de la ventana pero hay tantas que para que la pudiera localizar pusieron un corazón pegado en el cristal. Ahí dirige su mirada sabiendo que al otro lado encontrará a Fanny. A diario ella le lanza su mensaje de cariño calmando su ansiedad y desde el otro lado el amor de Luis se cuela en la habitación de su hija. "Te quiero un montón", le dice ella todos los días. Y con eso la ansiedad de Luis se convierte en felicidad. De nuevo. Y todo por ese corazón en la ventana que está más vivo que nunca en una hija que le adora.