El aceite de oliva, con alarmas y cadenas en los supermercados como si fueran alcohol o perfumes
Los supermercados alarma las botella de aceite de oliva tras la subida disparatada de los precios
El precio del litro de aceite de oliva ronda los 10 euros el litro, tras un aumento brutal en el verano
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El precio del aceite de oliva está disparado. Un envase de cinco litros puede superar los 50 euros. Más que nunca, el aceite de oliva, elemento básico en la cocina mediterránea, es ‘oro líquido’. Así, que ante estas circunstancias algunos supermercados han optado por ponerle alarma a los envases de aceite.
Como si se tratara de una botella de alcohol o un perfume, los supermercados están optado por alarmar las botellas de aceite de oliva. Algunos buscan un método más brusco aún, y como hacen las tiendas de ropa con las prendas que valen varios cientos de euros, les han puesto cadenas.
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Algunos usuarios de redes sociales están compartiendo las imágenes las botellas de aceite en las tiendas con las alarmas.
Los supermercados de #Parla ponen alarmas a las garrafas de aceite de oliva ante los incesantes robos.
— Ciudadanos de Parla (@CiudadanosParla) 28 de agosto de 2023
En esta imparable escalada de ruina, miseria y desigualdad generada por la despiadada horda socialcomunista en España, lo próximo será la carestía y el hambre, como en Venezuela pic.twitter.com/qhlzmTxiGs
Cuánto sube el aceite de oliva
El aceite de oliva ha aumentado su precio un 15,4% desde principios de agosto. El precio medio por litro ha pasado de 8,16 € a 9,42 € y en el caso de alguna marca ya supera los 12 €, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Las marcas blancas son las que más han subido según la OCU. En algunos casos como en Alcampo, Carrefour, Dia, Caprabo, El Corte Inglés, Hipercor, Eroski, Mercadona, Consum y Condis, el aumento alcanza el 30%.
En el caso de las marcas con los mayores precios un envase de aceite de cinco litros puede rondar los 50 euros.
La OCU achaca el aumento de los precios de forma desmesurada a la caída de la producción y a la especulación de los mercados mayoristas, que pagaron precios muchos menores a los productores que los que ahora se ven en los supermercados.