El exfutbolista Dani Alves estuvo 405 días en prisión acusado de agresión sexual. Este viernes, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña corrigió la condena y lo absolvió de la violación a una joven en un local de ocio nocturno de Barcelona. La credibilidad de la joven denunciante, en duda.

El brasileño no ha salido de su casa mientras que la abogada de la víctima plantea el recurso a la decisión ante el Tribunal Supremo, al que también podría acudir la Fiscalía de la capital catalana.

Con la misma ley y las mismas pruebas, un tribunal condenó por agresión sexual a Alves y otro lo absuelve. Y lo absuelven a pesar de los testimonios firmes y repetidos de la joven, de sus amigas, de camareros, del personal de seguridad y de los Mossos d'Esquadra, así como de los restos biológicos y los daños psiquiátricos a la víctima.

Contradicciones de la víctima

La nueva sentencia, de tres juezas y un juez, se fija en supuestas contradicciones de la chica. La primera, un baile en la discoteca. Ella declaró sentirse incómoda y los magistrados no ven tal incomodidad.

La segunda supuesta contradicción, dudas sobre el sexo oral. Dani Alves declaró que hubo y que fue consentido y ella aseguró que él trató de obligarla, y la prueba forense halló restos en su boca.

Y la tercera supuesta contradicción, las huellas dactilares en el baño, si ella se apoyó o no en la taza del inodoro. Con estas tres dudas, tumban su fiabilidad. Fiable, nuevo concepto, que no está en la ley.

Lo que sí dice la legislación es que, en estos delitos que suceden en la intimidad, el testimonio creíble y sin ánimo espúreo de la víctima es suficiente para condenar.

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