Óscar Rosa, detective privado: "Para que pueda investigar a alguien se deben cumplir unos requisitos"

Oscar Rosa
El entrevistado, en una foto cedida por él
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¿Qué es realmente ser un detective privado? ¿Qué hay de cierto en los mitos que rodean a esta profesión? Deberíamos dejar de pensar en ellos como aquellos señores de las películas que llevaban gabardina, sombrero, pistola y gafas de sol. Esta idea romantizada de la profesión no corresponde con la realidad, básicamente porque ni van así vestidos ni legalmente tienen permitido colarse en edificios o domicilios para conseguir documentos secretos.

Detrás del mito se esconde un empleo que exige una formación rigurosa. Y para conocerlo bien hemos hablado con Óscar Rosa, que explora el origen de la profesión, los cambios en la legislación que han marcado su evolución y los secretos mejor guardados detrás de las puertas de las agencias de detectives en su libro 'De Baker Street al Paseo de la Castellana' (editorial Ariel).

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La historia de Óscar es bien curiosa. Nadie como él puede conocer desde dentro esta mítica profesión, ya que su padre fue uno de los primeros detectives de España (ya que la regulación empezó en el 1951) y él y sus cuatro hermanos son detectives. También lo son su hijo mayor y dos de sus cuñadas. Su padre llegó a tener una empresa con más de 200 personas a su cargo que se dedicaban a la investigación en Málaga. Desde 2008 cuenta con la licencia, pero, como él explica, lo lleva en la sangre y lleva desde los años 90 trabajando como detective o investigador privado. Ha publicado numerosos artículos especializados en libros colectivos sobre investigación privada y lleva años estudiando y divulgando la historia de los detectives en España en conferencias y también mediante el podcast, 'Historias de detectives de verdad' bajo el alter ego de El Loco del Fondo desde 2022.

Cuando le preguntamos qué es lo que más le gusta de su profesión se le nota que es vocacional. "Cada día es diferente. Es muy recurrente en las películas ver al detective divorciado, que no está en forma y que bebe, pero tenemos vidas familiares y horarios normales como los de cualquier otra persona. No hacemos un caso por día como aparece en las series, lo habitual es que lleves 10 casos al mes, o más, dependiendo de la capacidad que tengas".

El detective privado de verdad no entra de noche en casa de la persona investigada, coge los documentos y sale corriendo

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¿Cuándo se puede hacer una investigación y cuándo no?

Como decíamos, ningún detective con licencia puede trabajar al margen de la ley. Todo está regulado por el Ministerio del Interior y necesitan un título y tres años de estudios. Una vez tengan la titulación, deben acreditar que no tienen antecedentes penales, que no han trabajado para los cuerpos de seguridad del Estado y pasar un test psicotécnico. Después hay una serie de límites legales que deben cumplir a la hora de ejercer su trabajo, que en la mayoría de casos va de la mano de abogados, ya que sus informes y trabajo suele acabar frente a un juez. Por lo que, tanto la parte de investigación como la posterior documentación, presentada en informes, tiene que ser impecable para que sea aceptada en un juicio.

"Para que nosotros podamos poner una investigación en marcha, nuestro cliente tiene que tener alguna relación directa con el investigado, no puede ser cualquiera. O bien es una persona que tiene que defenderse, porque esa persona le está haciendo algo, o hay algún un vínculo familiar, o bien hay un vínculo contractual, por ejemplo entre una empresa y un empleado. Tiene que haber un motivo legal para que se pueda investigar, no vale cualquier cosa", expresa en una entrevista para Informativos Telecinco.

Nos lo explica con dos ejemplos claros. "Una de las investigaciones que más hacemos son las bajas laborales. Un empleado que dice que le duele la espalda pero luego es mentira. El tipo está de baja pero realmente está en la playa, yendo de pesca, etc. En este caso, la empresa puede pedir ese tipo de investigación, y con ella, puede despedir incluso a ese empleado que no solo está defraudando a la empresa sino también a la seguridad social". Pero no podrían prestar servicios, por ejemplo, a un arrendador que quiere subirle el precio a su inquilino. "No tiene una razón justificada para hacerlo, así que quiere chantajearlo porque se ha enterado de que está de baja en su empresa y no está realmente mal. La investigación puede ser la misma, pero a este último no puedo ofrecerle mis servicios porque no tiene un interés justificado".

El resto de límites legales también los marca la Constitución. "Nosotros no nos podemos meter en una habitación de un hotel ni en un domicilio. El detective privado de verdad no entra de noche en casa de la persona investigada, coge los documentos y sale corriendo. Yo no puedo intervenir una llamada ni puedo coger la mensajería instantánea porque eso es ilegal. Quien nos regula es una división del Ministerio del Interior que se llama 'Seguridad Privada'. Y son ellos los que nos controlan una vez al año y nos miran si tenemos un contrato con el cliente, si tenemos un seguro de responsabilidad civil, si pagamos seguros de autónomos, y, sobre todo, si existe ese interés legítimo, esa legalidad de cara al cliente", añade. 

Detective privado

Una profesión cada vez más demandada

Hay varias asociaciones de detectives privados en España, una de ellas es la Asociación Nacional de Agencias de Detectives Privados en España (ANADPE), según señalan hay entre 5.000 y 6.000 detectives privados en nuestro país. Pese a las cifras, es una profesión demandada, como señala Óscar, donde hay cada vez más trabajo. "Hay más trabajo que nunca, muchos compañeros están desbordados. Harían falta muchos más. Es una profesión en auge", explica.

Para muchos quizá tienen algo que ver con la Policía, pero no es así. Los detectives privados no pueden investigar delitos públicos, asesinatos, temas de drogas o secuestros… "Desapariciones sí, pero primero interviene la policía. Podemos pedir si podemos estar al tanto de la investigación, tiene lógica, un detective privado tiene más tiempo, puede poner el foco solo en esa desaparición. Pero no tiene nada que ver el trabajo de la policía con el de detective privado en España. Otra cosa es en otros países"

La profesión ha cambiado mucho en los últimos años, desde sus comienzos (de ahí el título del libro) a ahora ha habido grandes cambios. "Las primeras agencias de detectives aparecieron a mediados del siglo XIX, coincidiendo con un fenómeno de crecimiento urbano: en estas ciudades expandidas empezaron a demandarse servicios de seguridad, protección y vigilancia privada. En varios países coincidieron cambios legislativos en sus códigos civiles y leyes de divorcio, que también generaron la necesidad de investigaciones para aportar pruebas sobre infidelidades, ya que en los tribunales era necesario presentar evidencias de adulterio".

Hoy en día, como señala Óscar, no investigan infidelidades, sino que son más bien las bajas laborales, informes de solvencia, cuando hay una empresa que tiene un gran deudor; y en particulares, hacen muchos casos de pensiones compensatorias. "Quizá no podemos conocer los ingresos de esa persona, pero sí en qué los gasta. Si esa persona dice no poder pagar la pensión de sus hijos, pero luego se gasta el dinero en viajes, pues ya está demostrado. En las custodias compartidas, hacemos investigaciones para saber si la otra parte se porta bien con los niños o se entrega a la hora acordada, por ejemplo".

Las vigilancias y los seguimientos forman parte de su día a día, pero también es una profesión de despacho y de muchas horas recabando información. Según explica, él no considera que sea una profesión peligrosa, aunque siempre hay cierto riesgo al estar en la calle.

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