Graciela, la primera abogada sordociega que litiga en tribunales: "Yo no quiero dar pena, quiero ejercer en igualdad de condiciones"
Graciela es la primera abogada sordociega que litiga en tribunales: una intérprete hace de sus ojos y oídos
Un síndrome le dejó sordociego a los 38 años: "Ahora corro maratones para dar visibilidad a lo que me lo provocó"
Ella es Graciela, forma parte del medio millón de abogados que ejercen en nuestro país, pero ella tiene una particularidad. Frente al espejo se coloca todos los días sus audífonos: “Son una herramienta para escuchar un poco mejor, pero nunca llego a escuchar del todo”. También empuña su bastón con el que se defiende.
“Tengo una visión túnel, durante el día puedo ir sola, pero en lugares más oscuros se me complica un poco más, entonces necesito la ayuda de alguien o manejarme con el bastón”, dice. Su discapacidad visual aumenta con el paso de los años y las estructuras aparentemente inocuas cada vez le cuestan más: “Esto es una escalera, pero yo no sé cuando acaba cada escalón, así que me ayudo de los pies o del bastón”.
Lo especial es que en los tribunales le ayuda Almudena, su intérprete desde que iban a la facultad: “Yo tengo que estudiar básicamente su vocabulario y lo que significa cada término”, comenta la intérprete. Ella crea nuevos signos para expresiones jurídicas. Aún con buenas condiciones de luz, su presencia es vital para Graciela: “Puede estar el juez y el abogado hablando a la vez, lo que me dificulta a mi seguir la lectura de los dos”.
Así trabaja con su intérprete en los tribunales
Si las condiciones lumínicas de la sala no fuesen las adecuadas, el lenguaje de signos sería a través del contacto físico con su intérprete, es decir, utilizarían la lengua de signos apoyada: “Yo sé el signo por el movimiento y la trayectoria que realiza”.
Graciela, es hija de padre invidente y madre también sordociega. Ya es parte de equipo jurídico de Ilunion. Tras concluir su carrera, aumentó sus capacidades gracias al programa ‘Unlimited' de Ilunion Legal Academy: “Para nosotros, Graciela es un símbolo. Es un mensaje que queremos también lanzar a la sociedad de que una persona con independencia a las dificultades que tenga, si tiene las capacidades que Graciela tiene no puede tener ningún límite para el desarrollo de su profesión”, explica José Luis Barceló-Blanco, desde la dirección de Asesoría Jurídica de Ilunion.
Ahora es pionera en su profesión y cumple un sueño: “Yo no quiero dar pena, yo quiero ejercer en igualdad de condiciones”. Su objetivo es abrir camino en profesiones y en vidas cotidianas que permitan vislumbrar un horizonte libre de barreras.