María Albarral sobrevivió a un intento de suicidio y ahora lo visibiliza: "Después de la persiana cerrada entra la luz"
María Albarral, de 43 años, sobrevivió a un intento de suicidio y ahora ayuda a los que atraviesan un momento crítico
El dolor que deja el suicido en una familia: "Pienso en cómo no me di cuenta, dos horas antes me lo encontré y estuvimos hablando"
"Antes era una cosa que pasaba y se callaba". "Claro, tú despiertas, dices ¿qué hago aquí?". "He intentado quitarme la vida en cinco ocasiones". "¿Tenemos la tendencia los familiares a pensar que la hubiéramos podido evitar?". Son testimonios relacionados con casos de suicidio, un asunto que ha estado durante mucho tiempo en la oscuridad y en el silencio.
Eso empieza a cambiar. Este miércoles es el día mundial de la prevención contra el suicidio y en ese tiempo la estrategia ha ido evolucionando y ha ido cambiando, sobre todo en los profesionales. Por ejemplo, en la última década, desde hace 10 años, se ha activado un observatorio que hace un recuento de todos los casos que se producen y también desde 2022 se ha activado este teléfono, el 024 para dar asistencia y para evitar más muertes. Atiende unas 500 llamadas aproximadamente cada día.
Que hablar del suicidio ayuda lo sugieren las últimas cifras (la evolución de las muertes anuales). Es verdad que en los últimos tres años ha habido un leve descenso también en ese en ese número de suicidios. Ya no es la primera causa de muerte por razones no naturales. Se trata de un tema muy complejo, es un tema que no tiene que ver simplemente con estar triste y que afecta de manera especial a los hombres de entre 40 y 59 años.
La historia de María Albarral
"Mi nombre es María Albarral, tengo 43 años y el 24 de marzo de 2021 intenté quitarme la vida". Una fuerte depresión llevó a María hasta un punto de no retorno en el que no pudo soportar tanto dolor. "Yo recuerdo un dolor muy grande de no poder respirar, como soy alérgica a la aspirina, yendo a comprar aspirina a la farmacia, yendo a comprar alcohol. Y de tomármelo todo", explica.
Al despertar en el hospital, esos pensamientos seguían en su cabeza: "Tú despiertas que dices '¿qué hago aquí?', '¿qué sigo haciendo aquí?'". Durante meses estuvo sumida en una espiral de desesperanza hasta que decidió visibilizar su intento de suicidio, contándolo en el trabajo, a su familia, y con terapia logró reconstruir su vida. "Es muy difícil luchar por vivir cuando no quiere vivir, pero uno tiene que hacerlo por su yo del futuro", añade María, periodista mijeña.
Con su testimonio rompe el tabú que hasta hace muy poco existía para no incitar al suicidio. En cambio, ahora, ayuda a los que atraviesan un momento crítico: "Después de la persiana cerrada, la persiana se abre, entra la luz y se puede ser feliz". Incluidos los familiares, a los que les pide que no se sientan culpables, como Eulalia, tras quitarse la vida a su hermano: "Dos horas antes me lo encontré y estuvimos hablando, y dos horas después ya no estaba".
El suicidio no tiene una única causa, es un problema de salud mental. "Es un problema que se puede hablar, que se puede tratar. Que tiene solución", sentencia Juanibel Sancho, psicóloga de la Clínica Asociación La Barandilla. Hay que hablar, escuchar y acompañar sin prejuicios para salvar vidas.