César Arribas, condenado a 30 años de prisión por el asesinado de Teresa Rodríguez, la enfermera española de 23 años

Un jurado belga ha condenado a 30 años de prisión a César Arribas, el asesino de Teresa, una enfermera española de 23 años
César Arribas, declarado culpable del asesinato con premeditación de Teresa Rodríguez en Bruselas
César Arribas Calvo fue declarado culpable el pasado jueves del asesinato premeditado de Teresa Rodríguez Llamazares. Hace tres años que ocurrió este crimen, y ahora un jurado belga ha condenado a la exguardia civil a 30 años de prisión por la muerte de la enfermera española. La joven tan solo tenía 23 años cuando su expareja decidió matarla a sangre fría.
El acusado dispone desde este momento de un mes para poder recurrir la sentencia en casación, en relación con aspectos de forma y no sobre el fondo del asunto. El jurado, formado por un total de 12 personas, ocho hombres y cuatro mujeres, ha tenido en cuenta una serie de aspectos que han derivado en la decisión de imponer una pena de 30 años de cárcel. Esas circunstancias han sido entre otras la falta de antecedentes del condenado, el buen comportamiento en prisión donde permanece ingresado actualmente y una indemnización de 32.000 euros que abonó a la familia de la fallecida.
Una cantidad que no sirve para aliviar el gran dolor que todavía continúa sintiendo la familia de Teresa, quien recibió un total de 153 puñaladas por parte de su asesino. La joven fue a trabajar a Bruselas, un tiempo después de haber terminado la relación con César. Él decidió salir en su búsqueda con el objetivo de intentar reconstruir una pareja ya rota.
La víctima recibió hasta 153 puñaladas
La asesinada insistió en que no volvería con él, lo que llevó al asesino a acuchillarla hasta provocar su muerte. El detenido entonces tenía 24 años. Cuando fue detenido, se negó a dar detalles sobre el crimen a la Fiscalía belga.
Este crimen sobrepasó las fronteras. Cuando la familia de Teresa recibió la peor de las noticias, muchos de los vecinos de Valladolid se mostraron consternados al enterarse de lo que había sucedido. Además, el Consistorio estuvo muy indignado ante el silencio que se estuvo guardando desde la Subdelegación al tratarse de un guardia civil que estaba adscrito a la comandancia de Valladolid.
Un tiempo después César Arribas fue quien se pronunció, con una carta de arrepentimiento que entregó al tribunal, pidiendo perdón por lo ocurrido y comprometiéndose a recibir tratamiento psicológico. Unas palabras que no fueron bien recibidas por la familia de Teresa, quien aseguró que solo trataba de limpiar su imagen, pero que no había arrepentimiento sincero.
