El hijo acusado de matar a su madre en León en Nochebuena usó una ensaladera como arma y era consciente de todo
Alan Rubén Torío, acusado de matar a su madre en León, habría usado una ensaladera como arma para quitarle la vida
El joven de León, en su declaración: "Cuando sufro un brote psicótico veo a las personas como si fueran clones"
Las pruebas forenses del asesinato de María Salomé Torío, ocurrido en León en la Nochebuena de 2022, han aportado nuevos detalles sobre cómo se desarrollaron los hechos. La víctima, hallada muerta en su domicilio, presentaba 31 lesiones en distintas partes del cuerpo -cabeza, rostro, manos, cuello, espalda y extremidades-, compatibles con un ataque violento. El principal acusado es su hijo, Alan Rubén Torío, que está siendo juzgado por el presunto matricidio.
El informe de autopsia determinó que la causa de la muerte fue una herida inciso-contusa de 13 centímetros en el cuello, más profunda en el lado izquierdo, que alcanzó la yugular y la tráquea, provocando un shock hipovolémico hemorrágico. Las peritos señalaron que, sin asistencia inmediata, la lesión era "mortal". Además, indicaron que el instrumento utilizado habría sido un objeto "más tosco" que un cuchillo, posiblemente la ensaladera que fue hallada sobre la cabeza de la víctima, aunque no se descarta el uso de otro objeto.
El análisis de las heridas sugiere que Salomé intentó defenderse y huir. Las lesiones en las manos y en la espalda indican una reacción de defensa y posterior intento de escape, antes de que el agresor la alcanzara y le infligiera el corte fatal en el cuello. La única sustancia encontrada en el cuerpo fue ibuprofeno en dosis terapéuticas.
Alan Rubén Torío no presenta ninguna patología mental que afectara su capacidad de actuar
En el ámbito psicológico, las forenses concluyeron que Alan Rubén Torío no presenta ninguna patología mental que afectara su capacidad de actuar. Lo describieron como una persona consciente, coherente y capaz de decidir qué aspectos ocultar o responder, sin signos de enajenación, delirio o consumo de sustancias. Durante su evaluación, comprendió perfectamente su situación y no mostró alteraciones relevantes de comportamiento.
Las pruebas recogidas en la escena del crimen vinculan directamente a Alan Rubén con el lugar de los hechos. Los peritos identificaron una huella dactilar del dedo índice derecho del acusado en un mueble situado junto al cuerpo, impregnada con la sangre de la víctima. Asimismo, se halló una huella de zapatilla en el suelo manchado de harina, coincidente con un calzado encontrado en el domicilio del sospechoso.
En conjunto, las pruebas forenses, psicológicas y dactiloscópicas apuntan a una agresión brutal y consciente por parte del acusado hacia su madre, descartando tanto una alteración mental como la participación de terceros. El juicio continúa para determinar su responsabilidad penal en el asesinato de Salomé Torío.