El peligro de las dietas, ejercicios y suplementos para alcanzar el bienestar femenino a partir de los 40 años: "Hay que ser capaces de relajar tanta exigencia"
Cada vez más expertas recomiendan comenzar a practicarlo antes de los 40, ya que ayuda a mantener la masa muscular, prevenir la osteoporosis y mejorar el metabolismo
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Cada vez son más las mujeres que, al acercarse a los 40, comienzan a preocuparse por su bienestar físico y emocional de cara a la menopausia. En redes sociales como TikTok e Instagram abundan los vídeos sobre suplementos, rutinas de fuerza y consejos que prometen energía, equilibrio hormonal y mejor descanso. El magnesio, el calcio y la vitamina C son algunos de los productos más buscados, presentados como aliados para dormir mejor, reducir los sofocos o mantener la vitalidad.
Sin embargo, los especialistas advierten de que esta tendencia puede generar falsas expectativas. La nutricionista Elisa Blázquez recuerda que “los suplementos nunca van a ser un sustituto de la alimentación, tienen que ser un complemento”. Según explica, la base de un estilo de vida saludable sigue estando en “una dieta equilibrada, cocinando siempre en casa. Es básico para cuidarse, por donde tenemos que empezar: por el plato casero de toda la vida”.
En paralelo, el entrenamiento de fuerza se ha convertido en otro pilar del bienestar femenino. Cada vez más expertas recomiendan comenzar a practicarlo antes de los 40, ya que ayuda a mantener la masa muscular, prevenir la osteoporosis y mejorar el metabolismo. La entrenadora Gabriela Grande destaca que muchas mujeres no disponen de tiempo para largas sesiones: “Por eso se están popularizando las rutinas breves, de máximo 25 minutos, que pueden realizarse en casa y adaptarse al ritmo de cada una”.
A estos hábitos se suma la rutina de skin care, el cuidado facial que también ocupa un papel importante en la búsqueda de bienestar. Sin embargo, la acumulación de consejos, productos y exigencias puede terminar siendo contraproducente. La psicóloga Beatriz Gil advierte que “nos está generando culpa, ansiedad y agotamiento”. Para muchas mujeres, el ideal de una vida perfectamente saludable se convierte en una fuente de estrés más.
Gil propone un cambio de visión: “Hay que salir de las redes sociales de vez en cuando y ser capaces de relajar tanta exigencia. El bienestar no debería ser una obligación, sino una forma de sentirse mejor con una misma”.
El autocuidado va mucho más allá de suplementos, rutinas o dietas. El verdadero bienestar, coinciden las expertas, empieza cuando dejamos de compararnos y aprendemos a disfrutar de lo que realmente nos hace bien.