La titularidad del contrato del alquiler para permanecer en la Gran Vía expira, y los propietarios han decidido trasladar el negocio a un local situado en el número 22 de la calle del Carmen, a escasos metros del actual. "Se nos acababa el contrato y nos planteamos buscar un local más grande y más amplio, pues el actual cuenta sólo con 40 metros cuadrados", explica Concha Corona, encargada de la administración. "Para atenderlas teníamos que salir a la calle, y eso en la campaña de Navidad era imposible", ha apostillado, al respecto de uno de los aspectos por los que consideran que el cambio resultará positivo.
Los administradores prevén que el traslado se ejecute el próximo mes de julio, y así lo anuncian unos carteles a la puerta de la administración, donde se informa asimismo de la futura localización del negocio, en la antigua Casa del Fumador. "Ni siquiera esperábamos que la prensa se enterase, y mucho menos que se armase este revuelo, sólo pusimos el cartel para inforrmar a los clientes más habituales", cuenta Corona sorprendida.
"No es un cambio drástico, seguimos en el mismo barrio", ha dicho la portavoz de la administración, que asegura que con el traslado se va a mejorar el servicio a los clientes, a pesar de que los 80 años de trabajo en el número 31 de Gran Vía les avalen como un local "de tradición".
"Creemos que se va a mejorar. Es un local más amplio, que cuenta con más ventanillas", ha asegurado. Además, según ha manifestado, el nuevo local se encuentra a pie de calle, por lo que facilitará el acceso a personas minusválidas y mayores.
"Vecinos y clientes están encantados con este cambio, pues nos quedamos cerca", describe Concha, que asegura además que "la gente busca Doña Manolita, y no el local de Gran Vía".
No es el primer cambio de localización de la administración, que comenzó su andadura en la venta de boletos en la calle San Bernardo hace ya más de un siglo, en el año 1904. IM