Los hechos ocurrieron entre agosto de 2014 y enero de 2015 cuando el exgerente, un hombre de nacionalidad colombiana de 37 años regentaba desde 2013 como arrendatario el bar Txoko en la localidad navarra de Tafalla.
En los baños del bar, el acusado “colocó varias cámaras de vídeo, camuflándolas en un falso enchufe para que no pudieran ser descubiertas por las mujeres”, según informa el Diario de Navarra.
Aunque el empresario asegura que lo hizo “para terminar con las conductas despreciables de algunos clientes”, la fiscalía tiene una opinión diferente al comprobar que las cámaras apuntaban directamente a los inodoros por lo que lo hizo “con la intención de captar imágenes de las clientas que accedieran al cuarto baño”.
Según las investigaciones policiales, logró grabar a 326 mujeres aunque solo 137 han podido ser identificadas, reduciéndose a 120 las que han accedido a denunciar el hecho. Veintidos de ellas son menores.
La fiscalía reclama también 176.000 euros de indemnización por los daños morales sufridos y una multa para elacusado de 15.840 euros.