Varias estudiantes han denunciado que al llegar el pasado viernes al centro educativo, personal del centro estaba controlando la indumentaria de los alumnos. Concretamente, a ellas les llamaron la atención por entrar en shorts, una vestimenta que el instituto IES Torrevigía de Torrevieja considera inadecuada al no ajustarse al código que aprobaron en el consejo escolar, compuesto por profesores, padres y alumnos, y que entraría en vigor justo ahora.
No obstante, algunas alumnas se sienten discriminadas y han trasladado su disconformidad con la decisión. Además, insisten en destacar que el día anterior ya habían acudido a clase con ese tipo de ropa. Ellas argumentan que en Torrevieja las temperaturas rondan los 30 grados y que por eso van en pantalón corto.
Las normas del IES Torrevigía, que figuran en la agenda escolar que han entregado a principio de curso, –según recoge la prensa local- establecen que “los alumnos acudirán al centro debidamente vestidos. No se permitirá el uso de: bañadores, la exhibición de la ropa interior, camisetas con mensajes de carácter sexual, racistas u otros tipos de frases que puedan dañar u ofender a miembros de la comunidad escolar, pantalones tipo short y camisetas de tirantes a los alumnos (chicos)". El centro también prohíbe el uso de prendas de vestir "que tapen, total o parcialmente, la cabeza".
Un grupo de estudiantes, apoyadas por sus padres, han organizado movilizaciones a las que acudido en shorts, falda o vestido. "Se creen que nos han callado, pero esto solo acaba de empezar. No tengáis miedo, vamos a luchar y acabar con esta prohibición machista", han afirmado en redes las estudiantes.
La madre de una de las niñas de 12 años, María Ángeles Bellvís, ha tachado de "injustos" estos hechos porque "la dirección habla en su normativa de un pantalón a media pierna, pero muchas veces depende de la altura de la niña".
"Soy adulta y sé cómo debe vestir una niña para ir decorosamente al centro", ha señalado Bellvís, quien ha puntualizado que su hija "llevaba un pantalón que cualquier madre podemos comprar a una adolescente, con el que no enseñaba absolutamente nada: no entiendo que tenga que medir tres o cinco centímetros siempre que mi hija vista recatadamente".
Esta madre ha defendido que las jóvenes tengan "el derecho de ir fresquitas a clase como cualquier profesora o cualquier niño" y ha añadido que deberían poder entrar "con cualquier pantalón, sin enseñar nada y acorde a la moda".