Fue un ciudadano el que alertó a la policía de la peculiar escena: un niño subido al techo de un coche en movimiento agarrando una piscina de plástico. Tras ello, la policía arrestó a Schmunk y esta aseguró que puso la piscina ahí porque no cabía en el interior del vehículo, tal y como indica Mirror.
Además, indicó que decidió poner a su hijo en el techo porque “no tenía forma de atarla –la piscina–“. De este modo, y tras comprobar que el objeto de plástico no cabía en dentro del coche, pensó que lo mejor era ponerla arriba y ubicar a su hijo en el mismo sitio para que este pudiese agarrarla y que no se cayese cuando el coche estuviese en marcha.
La madre aseguró a la policía que a pesar de haber hecho tal acción, “no era gran cosa porque sólo estuvo allí unos 20 o 30 segundos”. Además, también indicó a los agentes que se había encargado de asegurar a su hijo amarrándolo al coche.
Por todo ello, Schmunk ha sido acusada de imprudencia en segundo grado poniendo en peligro la seguridad de su hijo. Así, la mujer tendrá que comparecer el 14 de noviembre y, de ser declarada culpable, podría enfrentarse a una condena de 10 años de prisión y a una multa de 25.000 dólares.