"¿No querían un pez, les voy a dar un pez?": A Ana Julia se le cae la careta y escucha su crueldad

telecinco.es 07/11/2018 15:43

Los últimos vídeos sobre la declaración de Ana Julia ha dejado claro que esta ha visto su verdadero yo ante el espejo gracias a las grabaciones efectuadas por la policía. Ana Julia no sabía de su existencia, pero su defensa caía como castillo de naipes. Esa imagen llorando por haberle arrebatado a su novio lo más grande de su vida, esos pucheros que indicaban que había matado a Gabriel sin querer, solo para hacerla callar, para no escuchar lo que pensaba sobre ella, se diluyeron en un instante.

Ese en el que Ana Julia dice una frase demoledora. Un micrófono captó lo que iba diciendo minutos antes de ser detenida. "¿Dónde lo puedo llevar yo?", se escucha a la asesina confesa, que continúa con palabras insultantes hacia el pequeño: "¿No quieren un pez? Les voy a hacer un pez... mis cojones". Es ella, aunque no lo reconozca, la que habla. Es ella la que pide a todos que paren el audio porque es muy cruel. Es ella la que se ve a sí misma reflejada en ellos.

EL MOMENTO EN QUE EL JUEZ LE PONE LAS GRABACIONES

-Escuche esto. (Juez)

- No lo escucho bien. (Ana Julia)

- Se lo voy a poner tres veces, a la tercera le voy a tener que decir lo que usted dijo. (Juez)

- No lo recuerdo. (Ana Julia)

- ¿No lo reconoce? (Juez)

- Usted dijo: “Dónde lo puedo llevar yo, a algún invernadero”. ¿Usted tenía intención de dejar el cuerpo del niño en algún invernadero? (Juez)

- No lo recuerdo. (Ana Julia)

- Haga memoria. (Juez)

El juez le pide que haga memoria y le explica que llevaba en el coche un dispositivo de grabación. Gracias a ello se escucha que Ana Julia mete al niño en el maletero y maldice... La segunda grabación es la segunda maldad, que Ana Julia dice en voz alta y escucha de nuevo. Se la pone cinco veces:

- Usted habla en susurro y dice "no quiere un pez, le voy a hacer un pez por mis cojones". (Juez)

- Pues yo no me reconozco y no me acuerdo. (Ana Julia)

Ana julia se niega a reconocer tanta crueldad. El juez le da la oportunidad de justificar tanto odio.

-Es muy cruel, es muy cruel…Yo no recuerdo haber dicho eso, es muy cruel. La única explicación que tengo es que no me acuerdo. (Ana Julia)

Esa mañana vuelven a preguntarle por los golpes que tiene Gabriel en la cabeza. La autopsia deja claro que fueron en vida. Ana Julia no quiere acordarse. Su estrategia es la del homicidio imprudente. Llora, pero defiende con garra cualquier acusación de asesinato.

La primera y única declaración de Ana julia duró dos días. El segundo de ellos es el que acabamos de describir. El primero acabó con sus mentiras puestas sobre la mesa. Sus lloros no lograron conmover al juez que duro, frio y recto la interrogó con aparente amabilidad pero con mucha agudeza para sacarle sus mentiras una tras otra. Ana Julia cambiaba de la frialdad al lloro compulsivo, pero el magistrado estaba muy atento a todas sus equivocaciones. (Había secreto se sumario y todas las preguntas tenían trampa). Cometió muchas; la más importante en relación al hacha, dejando al descubierto que posiblemente se había inventado el momento en el que describió al niño con un hacha en la mano, amenazante. La siguiente: negar que tenía planes para el cuerpo del niño cuando lo desenterró. El juez le preguntó si había balbuceado algo mientras lo introducía en el maletero. Ana Julia insistía en que no. Jamás. Al día siguiente le puso sus grabaciones y ella misma cayó derrotada. Lloraba amargamente porque la habían descubierto con su terrible mentira y su apuesta de convencer al juez de que fue un homicidio imprudente se desmoronó. La realidad era mucho más dura. Y la crueldad de Ana Julia no dejó indiferente al juez.

SU HIJA DICE QUE NUNCA ESCUCHÓ UN TE QUIERO DE SU BOCA

No menos duras resultan las palabras de Judith, la hija de Ana Julia testigo en el caso del asesinato del pequeño Gabriel en Almería. "Yo creo que nunca he escuchado un te quiero de su boca... nunca he sentido que me quiera como una madre", dice. También asegura que su madre le pidió que la acompañara a la finca de Rodalquilar "porque le daba paz" y habla de la asesina confesa encontró la camiseta del niño . Por último, en su declaración ante el juez, Judith le pide entre lágrimas y con la voz temblorosa que no permita que su madre pueda llamarla por teléfono desde la cárcel.