La dura batalla judicial de la familia del trabajador de CAF fallecido hace diez años, Celestino Tolosa, ha obtenido su recompensa. Otsanda Tolosa, la hija del fallecido, cuenta ahora cómo la lucha no ha parado desde 2008. Según recoge la Cadena Ser, fueron los compañeros de su padre, algunos afectados por el amianto y trabajadores de CAF, los que más los animaron en su batalla legal.
La buena nueva noticia llegaba la semana pasada, según recoge 'El Correo'. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco reconocía la enfermedad profesional de Celestino Tolosa. La sentencia detalla, además, que el Instituto Nacional de Seguridad Social debe asumir la responsabilidad del pago "correspondiente a la prestación de viudedad" de Kontxi, la mujer del fallecido, lo que se traduciría en un aumento considerable en su pensión. Además, la empresa en la que trabajó, CAF, deberá hacer frente a un importante aporte económico por daños y perjuicios.
Celestino pidió que se congelaran sus pulmones
Los pulmones de Celestino estaban guardados por "petición del fallecido" en el Hospital de Valdecilla. "Nos dijeron que mi padre pidió que fueran guardados en el laboratorio para investigación o para lo que se necesitase", señala Otsanda a 'El Correo'. Una decisión que se volvió clave para todo este proceso judicial ya que una neumóloga del centro sanitario comprobó que los pulmones tenían asbestosis cancerígena provocada por el amianto.
Aunque la sentencia no es firme, todavía se puede alegar, la familia está feliz porque, por fin, se ha reconocido que Celestino murió trabajando ya que sufrió una enfermedad profesional. "Mi padre trabajó tragando mierda", sentencia la hija.