Atajate homenajea a sus vecinas y las reconoce con orgullo

Se han colocado en doscientas fachadas las placas con sus nombres
Atajate, en Málaga, se ha convertido en un pueblo eminentemente femenino. Como homenaje a sus vecinas se han colocado en doscientas fachadas las placas con sus nombres. Pero en vez del apellido, han recurrido al mote que les distingue.
Si algo le duele a la España vacía es ser invisible. Así que imagínense ser invisible en lo invisible: ser mujer en el mundo rural. Por un día en un pueblecito de la serranía de Ronda, ellas levantan la mirada y ven su nombre en un lugar público: 'Pepa la maestra', 'Tía María la Sevilla', 'Antonia Gargo'
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Reconocer a las mujeres el trabajo que nunca se les ha reconocido. Carmen riega la planta y sonríe delante de su placa. Lo hace con el mismo orgullo con el que tantas mujeres han podido llevar solo los triunfos de los hombres de la casa. Trabajando en el campo como ellos.
Pero incluso en los homenajes, en esos motes, se percibe qué era ser mujer: 'Vicenta la del cartero', 'María la de Cosme', 'Rosario la de merengue'
Es una pequeña placa para el Ayuntamiento de Atajate pero una gran emoción para sus vecinas.