La historia de Bernardo Montoya, el detenido por la muerte de Laura Luelmo

telecinco.es 18/12/2018 15:11

Todo comenzó en 1995. Ese año fue asesinada Cecilia, una anciana de 82 años. Tuvo la mala fortuna de encontrar a Bernardo Montoya en el momento en el que intentaba robar en su casa. La hirió con una puñalada en la garganta, pero la dejó viva.

La tragedia parecía despejada, pero la anciana denunció el hecho y Bernardo fue detenido y puesto en libertad a la espera de juicio. Fue la perdición para Cecilia. Bernardo volvió a casa de Cecilia y acabó con ella de otra puñalada. Fue la perdición para él porque al final fue declarado culpable y condenado a la cárcel. Una condena de 17 años y nueve meses fue la sentencia en la que se tomaron como atenuantes las adicciones del condenado.

Bernardo Montoya salió de prisión el pasado mes de octubre tras cumplir, otra condena, esta vez de dos años y diez meses por dos robos con violencia. De hecho, en uno de ellos una mujer le acusó de haber intentado violarla.

El detenido quedará ahora bajo custodia de la Guardia Civil, el cuerpo que está al frente de la investigación, ya que aún no hay pruebas definitivas de su implicación con el crimen de Laura Luelmo. Fuentes de la investigación confirman que es el principal sospechoso y que, como tal, será interrogado por los expertos del Instituto Armado, antes de pasar a disposición de la juez de Valverde del Camino, que ha decretado el secreto de sumario. La imagen de Bernardo fue dada en primicia por El Español.

En declaraciones a Canal Sur, recogidas por Europa Press, el delegado de Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, confirmaba que había "una persona detenida ante el riesgo de fuga o destrucción de pruebas y en las próximas horas o días pasará a disposición judicial y, a partir de ahí, será la jueza la que vaya determinando el procedimiento".

"Ahora habrá que probar su participación y será el juzgado la que determine su proceder. Lo mejor es que seamos prudentes y que la Guardia Civil siga haciendo el magnífico trabajo que está realizando y, una vez que lo pongan a disposición judicial, se pueda probar al menos indiciariamente que ha tenido algún tipo de participación" en los hechos, ha concluido Gómez de Celis.

Llevaba apenas dos meses en libertad

Bernardo Montoya, de 50 años, de aspecto rudo, intimidante, llevaba apenas dos meses en libertad tras cumplir dos condenas, según consta en los registros penitenciarios. La primera fue por matar en 1995 a una anciana de 82 años en Cortegana, a la que abordó en su casa asestándole varias puñaladas. El caso lo instruyó un juzgado de Aracena. Meses después de cumplir esta condena, ingresó de nuevo en prisión por dos robos con violencia.

Se da la circunstancia de que Bernardo Montoya es hermano gemelo de Luciano, quien despertó las primeras sospechas en relación con el asesinato, aunque fue descartado por los investigadores ya que este segundo estaba el día 12 de diciembre, cuando desaparece Laura, interno en la prisión de Ocaña (Toledo) por el asesinato de otra mujer. Luciano obtuvo un permiso, pero fue el lunes.

En estos dos meses una presencia llegó nueva al pueblo de El Campillo. Llegó, Laura, una joven de 26 años con toda la vida por delante y con la ilusión de enseñar. Había recorrido media España para lograrlo. Laura era consciente de que ese vecino la miraba constantemente, la observaba, casi la vigilaba. Se lo comunicó en su última conversación a su novio Teófilo. Trágica premonición.

La Guardia Civil desplegó un amplio dispositivo en El Campillo

Este martes, 24 horas después de que un voluntario alertara de que había descubierto ropa de mujer, llevando a la Guardia Civil a encontrar el cuerpo de la maestra natural de Zamora, agentes del Instituto Armado desplegaba un amplio dispositivo en la calle de El Campillo donde vivía de alquiler la joven. Eso motivó, al parecer, un paso en falso de Montoya, que intentó escapar. La Guardia Civil, que lo tenía bajo su radar, se lo impidió. Se acababan así los paseos de Montoya por el pueblo en su alfa romeo negro. Un pueblo que, como reconocen sus vecinos, va a vivir una de las Navidades más tristes de su historia, aún desconcertados por lo que ha ocurrido.

Laura fue golpeada en la cabeza y maniatada

El final de Laura fue violento. Así se desprende de la primera inspección ocular de su cuerpo. Un fuerte golpe en la cabeza y otras señales de aparente violencia deben ahora contrastarse con la autopsia que confirme las circunstancias que rodearon a su muerte. Pero estas primeras pistas dan algo de luz a las circunstancias de la misma, según fuentes de la investigación. Los especialistas estudian ahora otras señales de violencia con la duda aún de si son muestras de la agresión que causó la muerte de Laura o si son signos de la manipulación que sufrió el cuerpo para tratar de ser escondido. Porque aún quedan varios muchas incógnitas sobre las circunstancias de su muerte y si esta se produjo en el lugar en el que fue encontrado el cuerpo.

La Guardia Civil siempre tuvo a Bernardo Montoya en el punto de mira. Cuando él intentó escapar campo a través fue detenido. Antes la policía había registrado su casa. Paradojas del destino, la casa en la que se instaló Laura, alquilada a una compañera de colegio, perteneció en su día a la familia Montoya. A escasos metros de la de Laura, ahí, estaba Bernardo, mirándola, sentado durante horas. La profesora, en busca de un sueño, que tuvo una trágica premonición.

El padre de Bernardo: "Si mi hijo lo ha hecho, que lo pague"

Con ojos llorosos, Manuel Montoya, padre del detenido como sospechoso de la muerte de la zamorana de 26 años, ha querido expresar sus condolencias a la familia de la fallecida lamentando la tragedia.

“Que le acompañe el sentimiento a toda la familia, y si mi hijo lo ha hecho que lo pague”, ha recalcado Manuel Montoya.