Buscan sin éxito a Sonia Iglesias, desaparecida en 2010, dentro de un pozo de una parroquia en Pontevedra

  • Los bomberos están trabajando en el área para achicar cuanto antes el agua del pozo

Diez años después, el caso de Sonia Iglesias toma fuerza. Nuevos indicios parecían situar los restos de Sonia, la mujer que lleva desaparecida desde agosto de 2010, dentro de un pozo próximo a la parroquia de Marcón tal y como informaba La Voz de Galicia. La Policía, que puso en marcha un nuevo operativo policial en el que han participado agentes de la Brigada de Delitos Contra las Personas de la Comisaría General de Policía Judicial y los bomberos, han anunciado que la búsqueda no ha tenido finalmente éxito. Tras achicar el agua del pozo, se ha confirmado la peor de las noticias: ni rastro de Sonia.

No es la primera vez que se pone en marcha un operativo para tratar de encontrar los restos de Sonia Iglesias. En febrero de 2018, se activó otro dispositivo en el interior de una propiedad vinculada a la familia de Julio Araújo, el que fuese la pareja sentimental de Sonia y padre de su único hijo. Se llegaron a realizar excavaciones en un pozo y fosa séptica de la vivienda. Pero, la búsqueda fue en vano. No hubo ni rastro del cuerpo.

Los agentes, que habían puesto el foco de atención en otro pozo con la esperanza de poder cerrar por fin el caso, han anunciado que la búsqueda no ha tenido éxito.

¿Qué paso con Sonia Iglesias?

La última persona que vio con vida a Sonia fue su pareja sentimental Julio Araujo, imputado hasta que el caso se archivó judicialmente en 2015 por falta de pruebas. La mañana en la que Sonia desapareció, ambos habían desayunado juntos en una cafetería. Después Sonia entró en el zapatero y regresó al coche de su compañero sentimental que la llevaba al trabajo. Nunca llegó. Él dijo que ella se había bajado porque había mucho tráfico, pero ni había trafico ni las cámaras captaron a Sonia andando.Más tarde,precisó que una especie de camión obstaculizó la marcha.

Su cartera fue encontrada en un descampado a las afueras, el móvil de Julio Araujo le situaba muy cerca de ese lugar. No encontraron más pruebas pero la familia de Sonia luchó sin descanso intentado demostrar que se trataba de un caso de violencia de género. Según la familia, Sonia le había comunicado a Julio que le iba a dejar tras la comunión del hijo de ambos. Él lo negó. Pero, lo cierto es que la desaparecida había iniciado una relación con otro hombre que ni siquiera escondía.