Adicta a los rayos UVA, descubre por una foto antigua los cambios de un lunar: tenía cáncer de piel

  • Sharon Baggaley tomaba rayos UVA tres veces por semana y nunca usaba bronceador

  • Facebook recuperó una foto antigua que evidenciaba que el lunar era cuatro veces más grande

  • Cuatro semanas después le extirparon el melanoma, que estaba en fase uno

Sharon Baggaley tiene 37 años, vive en Chesterfield (Inglaterra) está casada, tiene una hija y un perro, pero cuando era más joven era un auténtica adicta a los rayos UVA, obsesionada con lucir un fantástico bronceado para lucir cuando salía los fines de semana. No sospechaba entonces que aquellos excesos tendrían graves consecuencias muchos años después.

"Iba a la cama solar tres veces por semana, y tomaba sol sin protector porque quería mi bronceado dorado", confiesa Sharon. En esa época tenía alrededor de 20 años. En total hacía tres sesiones de seis minutos por semana. "Una amiga me contó sobre una crema que servía para ponerte la piel todavía más marrón", recordó. Después de esas sesiones, la piel le quedaba de color rojo brillante. "Odiaba estar pálida. También tomaba sol afuera, cada vez que tenía la oportunidad. Nunca usaba crema solar, a menos que mi madre estuviese cerca", detalló.

Su obsesión por su bronceado siguió creciendo, hasta el punto de que se compró una máquina para tomar sol en su casa casa. Tenía 25 años cuando descubrió la crema autobronceante, y dejó las sesiones de cama solar. Pero era tarde: el daño a su piel ya estaba hecho. Un día, empezó a picarle un lunar que tenía debajo del pecho. Según contó la joven en el 'Daily Star', en aquel momento, año 2009, se fue de vacaciones a Egipto con su pareja. Ella, orgullosa de su físico, quiso inmortalizarlo en las redes y compartió una foto en un bikini rojo desde su perfil de Facebook.

Los años pasaron sin más. "No volví a ver la foto, pero apareció en mis recuerdos de Facebook el febrero pasado, y enseguida vi el lunar y me di cuenta de lo mucho que había crecido", contó Sharon. "Lo miré en el espejo y le pedí a Craig que me revisara. Pudimos ver que era cuatro veces más grande, estaba más oscuro y se había endurecido. Entonces recordé que había sangrado un par de veces en las vacaciones, y yo pensé que era porque me lo agarraba con la ropa cuando me cambiaba", detalló la mujer.

Ahí fue cuando realmente se preocupó. La exadicta a la cama solar acudió a su médico de cabecera, que le recomendó un dermatólogo que atendía en el hospital de Chesterfield. Cuatro semanas después de ver el recuerdo de Facebook, le extirparon el lunar. "Me contactaron del hospital y me dijeron que era cáncer de piel", recordó.

"Pensé que me iba a morir. Pero una enfermera me calmó diciéndome que necesitaba otra cirugía para que removieran la piel de alrededor del lunar", dijo. El recuerdo de esa operación es doloroso, a pesar de la anestesia. Afortunadamente, no necesitó quimioterapia. Los médicos pudieron extraerle el melanoma, que se encontraba en fase uno.

"Le conté a mi cirujano que había descubierto los cambios del lunar gracias a un post de Facebook, y me dijo que había tenido mucha suerte, y que de no haberlo hecho en ese momento, se podría haber extendido a mis ganglios linfáticos", aseveró Sharon, hoy administradora de un gimnasio, quien le debe su vida a las redes sociales.