Todo indica, aunque aún faltan las conclusiones definitivas, que el trozo de pulmón hallado en la playa de las Cucharas el 5 de enero es humano y que podría pertenecer a Romina, ya que los datos de ADN cotejados con su depiladora y un cepillo de dientes así parecen indicarlo.
Levantado el secreto de sumario, los detalles del caso Romina ponen los pelos de punta. Según desvela Las Provincias de Las Palmas el presunto asesino de la joven, Raúl Díaz, acudió a un club de alterne de Arrecife días después de que presuntamente su mujer fuera asesinada. De hecho, el diario destaca que pasó horas con una prostituta antes de, presuntamente, deshacerse del cadáver de su mujer. La prostituta da algunos testimonios que son relevantes en la investigación como el hecho de que Raúl presentara en la noche de su encuentro arañazos tanto en la espalda como en la barbilla y la frente. No hay que olvidar que Raúl en sus primeras declaraciones no descartaba que Romina hubiera abandonado la casa voluntariamente.
El joven dijo haberse caído por las escaleras y también deslizó que se había peleado con su esposa a la que no veía desde hace días. Estas manifestaciones pondrían de manifiesto que Romina se defendió. La joven, lejanas ya las imágenes de su boda feliz con Raúl, ya había acudido con lesiones al hospital tras días antes de morir y manifestó su miedo confesando a sus amistades el peligro que corría: "A la próxima me mata".
El propio Raúl, según el sumario al que ha tenido acceso este diario, reconoció en esa ocasión haberla pegado se arrodilló y la pidió perdón, prometiéndola que no iba a volver a ocurrir. En la noche fatídico del 30 al 31 de diciembre la Guardia Civil considera que, o recibió una nueva paliza o aún tenía las secuelas de la anterior. Según la Guardia Civil a las 16.06 horas del día 31 Romina aún permanece con vida pues envía un audio de voz a su madre y a las 16.15 horas del mismo día, apenas nueve minutos Miriam en la que se interesa por su padre más tarde, ya no lee los mensajes que le envía su familia desde Paraguay. "Por lo tanto es razonable deducir que fue a partir de las 16.06 del día 31 diciembre que Romina sufre la agresión fatal que acaba con su vida", añade el sumario.
Este también recoge la versión de Raúl que siempre defendió que se encontró ya a Romina muerta por la mañana en el baño, después de haber discutido la noche anterior. Y junto a ella, botes de Rivotril vacíos. Entonces confiesa que le entró el pánico y se fue de casa. Raúl mantiene que no había restos de sangre en el lugar, algo que contradice lo que luego encontraron los expertos de la guardia civil. Al final Raúl, acaba declarando que bajó el cuerpo hasta la planta baja y cogió una barbacoa de gas para quemar el cuerpo. Y lo deja quemándose durante horas aunque los vecinos que dieron la voz de alarma. Raúl después repartió el cadáver en bolsas. Siempre ha manifestado que lo hizo todo por culpa del pánico causado por la situación, aunque el sumario parece que va poniendo las cosas en su sitio.