En Cebolla, los vecinos se alegran de que no haya que lamentar víctimas mortales. A pesar del caos de barro y lodo que ha inundado el pueblo toledano este fin de semana, solo tres personas tuvieron que ser hospitalizadas y dos ya están en sus casas.
Hoy los cebollanos insisten en que volverá a ocurrir y que cada vez es peor. Lo vivido este sábado, ya se repitió en 2011, 2015 y 2017. Desde el pueblo aseguran que cada vez que se desborda el arroyo Sangüesa ocurre lo mismo. En esta ocasión el lodo alcanzó hasta los tres metros de altura en algunas zonas. La farmacia y el centro de salud se llevaron la peor parte. También muchas casas se han visto llenas de barro hasta arriba.
Esta vez, la alcaldesa de Cebolla, Silvia Díaz del Fresno, ha informado que la situación no es igual que otras veces pues hay "muchísimo más barro y ha habido más desperfectos en las viviendas”. De hecho el Consistorio en un comunicado este fin de semana pidió voluntarios entre los vecinos para ayudar a limpiar la plaza del pueblo debido a la magnitud de los destrozos.
La primera edil ha explicado que los vecinos están viviendo esta situación "con nerviosismo" pues cada vez son más frecuentes este tipo de tormentas. La riada no llegó solo del arroyo Sangüesa, sino que hubo "distintos focos por los que llegaba muchísimo agua", como caminos vecinales, debido a la propia orografía del municipio. Por eso, Díaz del Fresno ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) que dé permiso al Ayuntamiento para poder actuar. "No pedimos financiación, que necesaria es, pero lo que pedimos es una autorización para poder hacer algo".