La central nuclear de Ascó, bajo la supervisión de los cuerpos de seguridad debido al incendio en Tarragona

  • La central se encuentra a solo 3 kilómetros del incendio

  • En principio el fuego no debería avanzar hasta ella

Desde la central nuclear de Ascó, miran con preocupación a tres kilómetros de distancia. Este es el espacio que le separa del incendio que está teniendo lugar en la Ribera del Ebro y por el que más de medio centenar de personas han tenido que ser desalojadas. Unas llamas, que ya han arrasado 6.500 hectáreas, descontroladas por un viento, que sin embargo, sopla en dirección contraria a la planta.

Las instalaciones nucleares están situadas al otro lado del río Ebro, a solo 3 kilómetros del lugar en el que se declaró el incendio. En principio, el fuego no debería amenazar la central, gracias a que el viento sopla en dirección contraria y el río haría de cortafuegos. Aún así, los cuerpos de seguridad vigilan con mucho cuidado el avance de las llamas de este incendio que avanza de forma descontrolada y veloz para evitar posibles peligros.

Este incendio ha provocado ya daños irreparables, cientos de animales han sido calcinados, casas reducidas a cenizas y grandes pérdidas materiales. Un durísimo golpe que podría haber sido peor si se hubiera acercado mínimamente a la central.