Según informa Buzzfeednews, Delphina Mota ingresó en la clínica Tri-City Medical de Oceanside, entre Los Ángeles y San Diego acompañada de su pareja. Mota estaba embarazada de 41 semanas y su ginecóloga le había programado un parto inducido.
La doctora, ante la falta de latidos del feto solicitó un quirófano para practicarle a la parturienta una cesárea de emergencia.
Mientras trasladaban a Mora a la sala de intervención, el equipo médico intentó localizar a un anestesista pero ninguno respondió a la llamada.
La falta de este especialista no paró a los médicos que continuaron con la intervención urgente.
Según costa en el informe pericial que obra en poder del tribunal, a Delphina se le administró la noche antes anestesia epidural para el parto programado pero al ingresar en el quirófano lo que le practicaron fue una cesárea.
El documento recoge como antes de que llegase el anestesista, el cirujano realizó la incisión sin anestesia y prosiguió separando los músculos de la pared abdominal hasta llegar al útero.
Solo cuando Delphina perdió el conocimiento, el cirujano dejó de intervenirla y eso a pesar de que "lloraba y gritaba a pleno pulmón" mientras "podía sentir todo lo que estaba pasando".
En su denuncia ante la justia, la pareja reclama al centro hospitalaria una indemnización de más de cinco millones de euros.