Tras los muros de su vivienda, el asesino de Pilar le ataba los pies y las manos. La dejaba completamente indefensa mientras, según muestran las primeras investigaciones la golpeaba en la cabeza con dureza repetidas veces. El corte profundo en el cuello indica a los forenses que el arma utilizada parece ser un cuchillo de grandes dimensiones, que los agentes buscan en las inmediaciones de la casa.
Un episodio dantesco el que se vivía en el interior del piso al que la víctima se había mudado hacía tan solo 4 meses con su hijo de 8 años. Intentaba alejarse de su presunto asesino, el hombre de 43 años que en noviembre la golpeaba en plena calle delante de una patrulla de policía.
Entonces Pilar no quiso denunciar ni solicitar medidas cautelares. Aunque los agentes los incluyeron en el programa de seguimiento integral de violencia de género. Según todos los indicios ese mismo agresor el viernes de madrugada mandó una foto a un amigo con el cadáver de su pareja y le pedía ayuda para deshacerse del cuerpo. Al recibir la imagen el amigo del asesino confeso llamó a la policía que de inmediato dictó orden de busca y captura.
El mismo dia del asesinato, la exmujer del fugado había presentado una denuncia contra él en Alicante por malos tratos. Mientras, avanza la investigación se multiplican las muestras de cariño y gratitud de los pacientes de la cirujana asesinada.