Cómo hacer una reforma integral de tu vivienda

  • Un presupuesto claro, una reforma pensada y grandes dosis de paciencia son ingredientes clave para afrontar la renovación de tu hogar

  • Dependiendo de la reforma puedes necesitar una licencia y eso es dinero y tiempo

  • Recuerda estar presente durante la obra y buscar a un profesional de confianza

El momento de comprar una vivienda puede ser perfecto para plantear una reforma integral que te permita adaptarla a tu gusto antes de entrar a vivir en ella. Sin embargo, son muchos los factores que hay que tener en cuenta antes de lanzarse, entre ellos tus necesidades, las condiciones previas del inmueble... y, sobre todo, tu presupuesto. ¿Cómo hacer una reforma integral de tu vivienda? ¿Qué debes tener en cuenta antes de comenzar?

Cómo hacer una reforma integral de tu vivienda

Enfrentarse a una reforma integral de vivienda debe pasar por realizar un análisis previo que tenga en cuenta muchos factores. Es importante no precipitarse y restar toda la incertidumbre que sea posible, y ello pasa normalmente por ponerse en contacto con profesionales que puedan informarte sobre las posibilidades del inmueble, la suma de dinero que necesitarás invertir, los materiales que es mejor utilizar...

También deberás conocer el estado previo de las instalaciones (electricidad, fontanería, gas...) ya que, si es necesario intervenir en estas áreas, es posible que tu presupuesto se dispare. La recomendación general es que es mejor dedicar tu dinero a reformar las ‘tripas’ del inmueble y dejar para más adelante otros elementos, como muebles de calidad o elementos decorativos. También es el momento de replantear la distribución de la vivienda: derribar muros, abrir espacios, crear falsos techos, instalar nuevos puntos de iluminación o de agua...

Estos son algunos pasos que debes seguir a la hora de llevar a cabo una reforma integral de tu vivienda:

  • Haz una lista con las necesidades de los habitantes. Tal vez no necesites tantas habitaciones y prefieras aprovechar para ampliar tu salón, o puede que tu prioridad sea crear un espacio de lectura a la medida de tus necesidades y con mucha luz natural. El número de baños y aseos también es clave, así como la distribución y equipamiento de tu cocina. Piensa en tu día a día, y no tanto en una vivienda de revista: lo importante es que te sientas como en casa y que no sobre ni falte nada a la hora de cubrir tus necesidades y las de tu familia. Todos estos datos ayudarán al arquitecto o diseñador de interiores a tomar decisiones a medida.
  • Calcula el presupuesto de la reforma. Es probable que no puedas hacer frente al coste de todos los lujos que se te pasen por la cabeza, por lo que lo más importante es saber priorizar y dedicar una partida mayor a lo verdaderamente necesario para ti. El 'continente' del inmueble debe cumplir con todos los requisitos de seguridad necesarios y renovarse si es necesario, aunque algo tan sencillo como elegir un modelo de elementos de electricidad económico puede suponer una gran diferencia en el coste final. Las piezas del baño, el modelo de cocina, los electrodomésticos... también cuentan con un amplio margen, y puedes ahorrar miles de euros si evitas lujos innecesarios. Un buen aislamiento es algo en lo que debes invertir por regla general, así como electrodomésticos eficientes y respetuosos con el medio ambiente. También es conveniente tener en cuenta que es posible que surjan imprevistos: deja un pequeño margen de ahorro para hacerles frente.
  • Buscar un profesional. Es mejor elegir a un profesional de tu confianza, ya que el proceso de una obra puede resultar muy estresante. También es conveniente garantizar de alguna manera que se cumplirán los plazos establecidos (por ejemplo, a través de penalizaciones para la empresa en caso de no entregar la vivienda en la fecha acordada). Ten en cuenta además que un precio más caro no siempre es sinónimo de más profesionalidad: pide recomendaciones a personas cercanas y solicita siempre varios presupuestos antes de tomar un decisión.
  • No olvides el coste (y el trámite) de las licencias necesarias. En función del tipo de obra y de la ciudad donde residas, es posible que no debas solicitar ningún permiso o que baste con una declaración responsable. En otros casos, deberás solicitar una licencia (que tendrá un coste y que puede tardar en tramitarse). Acude a tu Ayuntamiento y pregunta por tu caso concreto para que tengas claro cuánto supondrá esta partida, tanto en dinero como en tiempo. También es posible que tu empresa de reformas haga este trámite por ti.
  • Recuerda estar presente durante la obra. No pierdas de vista controlar cada paso de la obra y estar presente: es la mejor manera de evitar sorpresas desagradables y de garantizar que los acabados serán los que deseas. También te permitirá realizar cambios de última hora en caso de que algo no te convenza. Será mucho mejor dar un paso atrás o añadir algún elemento mientras se esté ejecutando la obra que hacerlo más adelante.
  • Ármate de paciencia. La aparición de imprevistos y de retrasos es casi una regla general cuando te enfrentas a una obra, y es más que probable que surjan pequeños o grandes conflictos, que determinado material tarde más tiempo en llegar, que aparezca un vicio oculto con el que haya que lidiar... Las obras, desafortunadamente, son así: si eres capaz de superar este proceso con ilusión, lo agradecerás, y podrás mirar atrás con un buen recuerdo del proceso de construcción de tu hogar.