Organiza la cocina siguiendo estas recomendaciones para mantenerla en orden

  • Mantener en orden la cocina es posible gracias a estos consejos y trucos de organización

El orden en la cocina es quizás un poco más complicado que en otros rincones del hogar. Hacemos un uso más intensivo de ella (si es que nos gusta cocinar) y nos valemos de distintos utensilios e ingredientes que deben estar siempre localizables y siempre a mano para facilitarnos el trabajo. Por eso conviene dedicar un tiempo a planificar correctamente la organización de la cocina, pensando cuidadosamente qué necesitamos (y qué no) y dónde lo necesitamos. ¿Cómo organizar la cocina para que darle uso sea todo un placer? ¿Cómo organizar una cocina pequeña para sacarle el máximo partido?

Orden en la cocina: ¿Cómo organizarla?

Para los amantes del orden y la limpieza, la cocina suele ser la estancia que más reto supone. La usamos más, se ensucia con facilidad y contiene todo tipo de herramientas y utensilios que debemos mantener organizados y listos para ser utilizados cuando nos hagan falta. Diseñar cómo organizar la cocina es algo muy personal: dependerá del uso que hagamos de ella, de su distribución, de los elementos con que contemos... Así, aunque no existen fórmulas universales, estos pequeños consejos puedes ayudarte en la organización de tu cocina:

  • Lo primero, haz limpieza. Y no nos referimos solo a una limpieza profunda de la cocina en sí misma antes de organizar su contenido, sino a una verdadera limpieza de utensilios y productos inútiles. Muchas veces acumulamos alimentos en la despensa que jamás utilizamos, botes de productos caducados, utensilios que en realidad no sirven para nada... Deshazte de todo lo que no sea verdaderamente útil y quédate con lo necesario e imprescindible. En este proceso puedes aprovechar también para hacerte una idea del volumen que ocupa cada categoría de elementos y pensar dónde es mejor ubicarlos.
  • Si vas a estrenar cocina, planifica basándote en cómo haces uso de ella. A veces nos lanzamos a diseñar y a comprar una cocina basándonos en lo que el vendedor nos ofrece, en lo que vemos en un catálogo o en lo que se supone que debe contener esta estancia. Lo mejor es que, antes de dar ese paso, te tomes un tiempo para pensar en qué vas a utilizar realmente, qué volumen ocupa cada elemento (por ejemplo, cuántos estantes o cajones necesitas para sartenes y cacerolas), qué electrodomésticos necesitas...) Tal vez jamás uses el horno o tengas suficiente con un pequeño hornillo, o puede que dispongas de poco espacio y te baste con una vitrocerámica con dos fuegos en lugar de una de cuatro. Lo mismo se aplica al lavavajillas, que puede ser más grande o más pequeño, o puede que en realidad no necesites un microondas. Si eres un amante del vino, tal vez prefieras invertir en una vinoteca que en cualquier otra cosa y puedas recortar en alguna partida para darte ese lujo. Piensa en tus necesidades y utiliza sabiamente tu presupuesto y las opciones que te ofrece el mercado.
  • Crea categorías y un espacio para ellas. Una vez tengamos claro el espacio de almacenaje de que disponemos y los elementos que vamos a almacenar, toca distribuirlos y organizarlos. Es aconsejable que tengas a mano lo que vayas a necesitar, de forma que las sartenes y demás deberían estar cerca de la zona de fuego, así como las especias, los utensilios como espumaderas o cucharones... Los platos, vasos y otros elementos similares serán más fáciles de colocar en su lugar si éste se encuentra cerca del lavavajillas o del escurridor de tu fregadero.
  • Usa las distintas alturas a tu favor. No todo el mundo es capaz de llegar a los estantes más altos de una cocina. Si es tu caso, utilízalos para aquellas cosas que no necesites habitualmente. Por ejemplo, aquello que solo uses cuando tengas visita en casa (una fondee, una plancha especial...) En el almacenaje de alimentos se aplica la misma lógica. En tu día a día podrás analizar qué alimentos usas más y cuáles no necesitas tener tan a mano.
  • Evita almacenar por almacenar. Está bien tener una despensa lista para imprevistos, pero no hace falta acumular comida como si vivieras en plena guerra. Normalmente cuando acumulamos muchos alimentos es normal que algunos caduquen y que llegue un momento en que no sepamos qué tenemos y qué no. Haz listas de la compra racionales y prácticas. Además, seguro que esta fórmula se traduce en un importante ahorro económico (y, por supuesto, espacial).
  • Mantén tu cocina limpia y ordenada. El caos invita al caos, y lo contrario también se aplica. La mejor manera de convertir tu cocina en un espacio apetecible es mantenerla limpia y ordenada y, en realidad, no es tan difícil conseguirlo. Basta con obligarte a colocar todo en su lugar cada día y a limpiar las superficies que utilices nada más terminar de cocinar (salvo que estén calientes). Limpiar y ordenar día a día es mucho menos costoso y más rápido que acumular todo el trabajo.
  • Utiliza accesorios de organización y elige almacenaje cerrado. Es cuestión de gustos pero, visualmente, resulta más limpio mantener el almacenaje cerrado. Del mismo modo, usar organizadores de cubiertos, cacerolas... te ayudará a optimizar el espacio y a acceder a lo que necesitas sin tener que trastear en un cajón lleno de cosas varias. Lo mismo ocurre con el uso de pegatinas, botes transparentes donde se vea su contenido... Son pequeños gestos que harán que tu cocina sea mucho más agradable.