Alex, paciente con coronavirus salvado 'in extremis': “Ayúdenme, estoy solo, sufriendo como un perro”

  • “He dado positivo en coronavirus, he pasado la noche en la UVI: no son unas vacaciones, quédense en sus casas”, pide

  • Llevaba 5 días en casa con tos con secreciones, 39 de fiebre y sin atención médica

Todo comenzó con un mensaje escueto en un grupo de Whatsapp de amigos, “Chicos me encuentro muy mal, ¿saben a qué número tengo que llamar?”. Ese era el inicio de los peores días en la vida de Alex Casals, según sus propias palabras. “He estado malo y muy malo, pero así jamás”. Tiene 42 años, complexión fuerte, deportista (ex-jugador de rugby y siempre vinculado al mundo de los deportes de aventura y marítimos), buena salud, aunque hace un mes tuvo una bronquitis, vive solo, es soltero y argentino de nacimiento, aunque lleva más de media vida viviendo en la región de Murcia y toda su familia se encuentra al otro lado del océano. Su caso es la tormenta perfecta en medio del huracán de esta pandemia. El jueves 12 de marzo, por la noche, tras una larga jornada de trabajo notó escalofríos y una intensa fiebre, se acostó pensando que mejoraría, no fue así.

Servicios sanitarios desbordados

Uno de los mayores peligros de esta pandemia de coronavirus es la saturación de nuestro sistema sanitario. Ello podría haberle costado la vida a nuestro protagonista. Alejandro llamó a los teléfonos dispuestos por Sanidad para esta crisis. “Me preguntaron si había estado en China o Italia, si tenía fiebre y tos. Yo por mi trabajo estoy expuesto a mucho turista y a cientos de personas todos los días. Me dijeron que tomara paracetamol y vitamina C, que pasarían verme”, nos afirma que los días pasaron, los sanitarios no. Alex no mejoró y a la tos y la fiebre continua se le unió, según nos narra, falta de apetito y dolor muscular por todo el cuerpo, pasaban los días y la solución era: ninguna. “Me encontraba muy mal, me decían que no me acercase a los ambulatorios, ni urgencias, que lo pasase en casa, empecé a tener miedo”.

“Ayúdenme estoy solo sufriendo como un perro”

Tras cinco días en cama, sin comer, sin mejorar y con la única compañía de radio y televisión dando las cifras de contagios y muertes por el coronavirus, Alex, solo en su casa, con su familia a 8.000 kilómetros, se desmorona. Recibe una llamada de un amigo, interesándose por su estado, y le cuenta llorando y tosiendo: “No sé que hacer ayúdenme estoy solo sufriendo como un perro, tengo miedo jamás me he encontrado así”.

El único protocolo del sistema sanitario, desbordado, sigue siendo, ante la enésima llamada: “No se acerque así en su estado, puede contagiar a más. Tome paracetamol, vitamina C y quédese en casa”. Alex, en principio, se queda en casa pero ante la insistencia de sus amigos, preocupados, decide ponerse una mascarilla, guantes y usar las pocas fuerzas que le quedan para acudir a urgencias del Hospital Reina Sofía en el centro de la capital murciana. Por suerte, para él, se cruzó en las inmediaciones del hospital, cuando iba de camino con dos médicos, los doctores Tomás Vicente y M.Juan Reyes, que preocupados al ver su estado le ayudaron. “Les debo una y de las grandes a ellos dos”, afirma Alejandro. Una vez en triaje, los profesionales sanitarios de urgencias evaluaron su estado y gravedad, y comprobaron que daba positivo en coronavirus, tras lo que decidieron llevarlo a la Unidad de Vigilancia Intensiva.

En NIUS hemos tenido acceso a uno de los profesionales sanitarios que le atendió: “Le pudimos ayudar estaba muy malo, ha pasado la noche con mucha fiebre, en torno a 39. Por desgracia hay muchos casos y tememos que van a ser, aún, muchos más”.

Alex se encuentra estable y, razonablemente, fuera de peligro, ha vuelto a bromear con su grupo de amigos a los que envío el mensaje. Un mensaje que hizo que no estuviese solo o, al menos, no tan solo, y que ha ayudado a que pueda salvarse tras la necesaria atención sanitaria. Y él, tras el miedo, quiere transmitir otro, “He dado positivo en coronavirus, no estamos de vacaciones. Si quieren que cuando acabe la cuarentena esté toda su familia, quédense en casa”. El caso de Alex deja claro que junto al virus, los grandes enemigos que tenemos para afrontar esta pandemia son el colapso sanitario y la soledad.