Procesionaban el domingo por la tarde por la localidad gaditana de Villamartín. Una mujer con túnica, un hombre cual Jesús en la borriquita y para que no faltara nada, un falso cámara que inmortalizaba la supuesta procesión. Añádase la correspondiente marcha procesional a todo volumen.
Los vecinos no salían de su asombro ante tan inaudita comitiva, y hasta hubo quien la grabó con el teléfono. De ahí a las redes, y de las redes al cuartelillo de la Guardia Civil. Y claro está, como Villamartín es pequeño y todos se conocen, los agentes tardaron poco en identificar a los integrantes del falso paso, y en aplicarles con rigor las sanciones previstas en el estado de alarma. Vaya por Dios, pensarían ellos.
Y es que las fuerzas del orden se encuentran estos días con cientos de escenas insólitas. Vean si no la del alemán errante. No es que estuviera en la calle sin justificación, es que no hacía otra cosa que estar en la calle.
La Guardia Civil le localizó en el interior de un coche, en Chiclana de la Frontera. Cuando le preguntaron si necesitaba ayuda, explicó que se encontraba de vuelta a Alemania, ya que su vuelo Madrid-La Habana se había cancelado y que tenía intención de regresar a su país visitando todo el litoral mediterráneo. La cosa no acabó ahí porque, tras consultar con la central operativa, resultó que el alemán ya había sido denunciado por hechos similares en Segovia y Murcia. Ante tan peregrina explicación ha quedado detenido por vulneración más que reiterada del Estado de Alarma.
Otros dos ciudadanos paseaban el domingo por la playa que une Zahara de los Atunes y Barbate, en sendos ciclomotores. Algo frecuente en la zona tras un temporal, cuando siempre puede haber algo en la arena que llevarse a casa. Esa no es la explicación que dieron, claro está, pero ese supuesto paseo incumplía el estado de alarma y también fueron sancionados.