En 2011, tras dar a luz, la madre fue informada por los médicos del hospital de que su bebé no iba a sobrevivir, por lo cual firmó un documento para que el hospital se quedara al cuidado del pequeño hasta que falleciera.
Sin embargo, cinco días después, la mujer y su marido cambiaron de opinión y volvieron al centro médico para buscar a su hijo. Allí les comunicaron que este ya había fallecido.
Siete años después, la pareja recibió en su domicilio una notificación que les comunicaba el embargo de sus cuentas por un valor de 3.300 euros, los cuales les reclamaban desde un orfanato. Fue entonces cuando la madre decidió acudir al centro para averiguar la razón de la deuda.
Cuál fue su sorpresa al descubrir que dicha cantidad de dinero derivaba de los gastos por los cuidados de su hijo durante siete años, el cual se encontraba en el orfanato desde que fue arrebatado de los brazos de sus padres.
Según recoge Metro.uk, "al mirar los documentos, la mujer se desmayó", ya que la pareja creía que su hijo había muerto. El matrimonio ha solicitado la recuperación de la custodia.