Me salvó sacar la placa: el descarnado testimonio de la testigo policía en el crimen de la viuda negra de Alicante

  • "Lo habéis matado", dijo la agente que vio a Paco con el destornillador en la mano

  • Los gritos del hombre eran de dolor no de aauxilio

  • La agente confirma que no vio a una tercera persona en el lugar de los hechos

La policía que sorprendió a los acusados estaba paseando por la cantera con un amigo, y al apoyarse en la barandilla escuchó gritos, no de auxilio sino de dolor, desgarradores. Vio entonces a dos personas y una mujer. Una le acometía y el otro iba hacia atrás y perdiendo el equilibrio. La agente bajó corriendo hacia donde se encontraban ellos porque vio que no era una agresión normal y al llegar al lugar de los hechos, lo que contempló se lo demostró. El testimonio de la agente de policía testigo del llamado crimen de la viuda negra de Alicante no deja dudas.

"Creo que lo único que me salvó fue sacar la placa y decir que era policía. No vi cómo Francisco se deshizo del destornillador. Estaba más preocupada por mi seguridad, porque si me enganchan entre los dos estaba perdida". Es una de las frases que resuenan en la mente tras escuchar a la policía, testigo involuntaria, convertida en el obstáculo imprevisto que Conchi y Paco no se esperaron nunca encontrar en lo que aparentemente era el crimen perfecto. Se ha escuchado en un juicio donde Conchi ha justificado llevar guantes e ir vestida y abrigada de negro porque tenía frío y señalar a una tercera persona el asesinato de su marido en un matrimonio que apenas duró 15 días.

La agente fue testigo del asesinato, "los gritos eran de la víctima con total seguridad", y acudió al lugar de los hechos. En ese momento, tal y como se ha recreado al crimen sin la colaboración de los acusados, Conchi "empezó a decirme que tenía dolores en la espalda y él que tenía un cáncer terminal de pulmón. No entendía por qué me contaban eso". La policía tuvo miedo e intentó evitar quedarse encajonada entre ellos y les exclamó nada más ver a José Luis, "hostia, lo habéis matado".

¿Tercera persona? "Allí sólo estaban la víctima y los dos agresores. Nadie estaba pidiendo ayuda", afirma la policía que constata que la gran obsesión de Francisco era limpiarse la sangre antes de que llegaran los refuerzos policiales. El testimonio de la agente es rotundo y muestra que Conchi y Francisco habían sido pillados in fraganti. "Me decían incongruencias. Que el muerto era un borracho y le habían pegado una paliza unos negros". Conchi siempre ha manifestado que necesitaba ir en silla de ruedas pero la agente ha dejado claro en su declaración que "la mujer estaba de pie en todo momento".