Piden cuatro años de prisión para un hombre por agredir sexualmente a su sobrina de ocho años en una comunión

Un hombre se enfrenta en Baleares a cuatro años de cárcel por un presunto delito de abusos sexuales hacia su sobrina cuando esta tenía ocho años, durante la celebración de la comunión de otro familiar.

Según el escrito del fiscal, los hechos ocurrieron el 17 de mayo de 2014, durante la fiesta de celebración de la comunión de su sobrino en un hotel en Cala Mendia, en Mallorca. El acusado se aprovechó de que su sobrina tenía que ponerse el bikini para bañarse en la piscina, para acompañarla a la habitación y agredirla sexualmente.

Cómo se produjeron los hechos

Cuando la niña tuvo que ponerse el bikini, el tío de la menor la acompañó a una habitación del hotel donde, una vez dentro, la presionó para que se duchara antes de ponerse la ropa de baño, a lo que la pequeña accedió porque, sino, él se negaba a dejarla bajar a la piscina. El Ministerio Fiscal apunta a que el hombre, aprovechándose de la situación, abrió la cortina de la bañera y agredió sexualmente a la menor.

La Fiscalía ha considerado los hechos constitutivos de un delito de abuso sexual a menores de 16 años, motivo por el que pide una pena de cuatro años de prisión para el acusado, así como la prohibición de comunicarse o acercase a la víctima durante siete años a menos de una distancia de 500 metros. También solicita la pena de libertad vigilada durante seis años, que consistirá en la realización de un programa de educación sexual, y una indemnización de 3.000 euros por los daños causados.

El 90% de las agresiones a menores las realizan familiares

La Fundación Anar ha visto en once años multiplicarse por cuatro los casos de abusos sexuales a menores en sus canales de ayuda y ha radiografiado el drama que viven estos niños y adolescentes en su propia casa, en la mayoría de los casos sin poder mostrar marcas, ni heridas, y sin apoyo familiar.

El perfil del agresor es el de un hombre, mayor de edad, de la familia o del círculo de confianza. Sólo en el 10% el agresor no es conocido de la familia, casos en los que los abusos se realizan a través de las redes. El 50% de las agresiones tienen lugar en la propia casa del menor, pero destaca también el número de abusos en casas de otros familiares o en el entorno escolar o extraescolar.