El detenido por el crimen de Marta Calvo: “No la maté, no sé de qué murió”

  • Asegura que murió tras una noche de sexo y drogas

  • Dice que se asustó por sus antecedentes y que la descuartizó

Jorge Ignacio Palma dice que Marta Calvo se le murió. Estuvo cinco horas declarando con su abogado. A las 11 de la noche le trasladaban al cuartel del Patraix después de contar su versión, preparada durante las semanas que ha estado escondido en un piso de Valencia. Pero no confesó un crimen. Explicó una versión dulcificada en la que Marta habría muerto accidentalmente, tras una noche de sexo y drogas.

De madrugada Jorge se había entregado. “Soy el que estabais buscando”. En ese momento no explicó cómo la mató. El delegado del Gobierno, sin embargo, daba su versión. Una muerte violenta.

Jorge, o Nacho, como le llaman sus amigos, sí dijo que había descuartizado el cadáver y que lo había arrojado en bolsas de basura por varios contenedores. Casi un mes después tuvieron que ir a la planta de reciclaje y paralizar la actividad hasta constatar que, de ser verdad la versión del detenido, el cadáver habría sido hallado. Esta mañana vuelven a parar la planta de residuos para rastrearla.

Hasta ayer las hipótesis policiales apuntaban a que podía ser una muerte sobrevenida u otra denegación de auxilio parecida a la que protagonizó meses antes con una prostituta fallecida por sobredosis. Ahora, los investigadores tienen dudas; no cuadra el descuartizamiento con lo hallado en el escenario del crimen porque no han encontrado sangre en cantidad que oriente a algo tan atroz; pero a la vez piensan que si esconde el paradero del cuerpo, “jugando” a no decir la verdad, o de verdad descuartizándolo, es porque el crimen sí puede haber sido violento.

Según su versión, al verla muerta se asustó debido a sus antecedentes y se deshizo del cuerpo. Cuando la madre de Marta Calvo le localizó en la casa de Manuel porque sabía las citas de su hija, se fugó. Pasó por la casa de l´Ollería que también registraron y se fue al Puig a deshacerse del coche dándoselo a un amigo. Alguien tuvo que llevarle a Valencia después o proporcionarle el segundo vehículo. Nunca llegó a salir de Valencia. La Guardia Civil lo sospechaba y por eso no se llegó a dictar orden de detención internacional. Se trabajó con el entorno familiar y el detonante pudo ser la toma de declaración de su madre, dos días antes de entregarse. Ayer a pidió llamarla y habló con ella, tras su confesión.