Según la revista Fit, pasar periodos largos en una piscina, además de sufrir deshidratación cutánea, podemos contagiarnos de estas enfermedades:
Hongos en la piel: las manchas blancas con diferentes tamaños son sinónimo de hongos. En algunas ocasiones pueden producir ardor y picor, por lo que es indispensable acudir con un profesional.
Micosis: es comúnmente llamado ‘pie de atleta’ y es una infección que se produce regularmente en zonas cálidas o húmedas. Se puede solucionar con algunas cremas.
Dermatitis atópica: la irritación cutánea producida por esta es de las más graves, incluso puede producir inflamación. Se produce por gérmenes presentes en los ambientes húmedos.
Moluscos contagiosos: son lesiones (erupciones) cutáneas de color blanco. Normalmente afecta a los niños. Aparecen en la parte superior del tronco y las extremidades. Se recomienda no ingresar a la piscina cuando se presenten molestias en la piel.
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