Una gran avance para Lidya: "Es una sensación de que el cuerpo empieza a vivir"
Coral Larrosa
22/09/201613:51 h.“Esto puede ser la esperanza si no de andar, de ganar mucha calidad de vida. Aunque sea en la silla de ruedas. “ Degant Cerviño está convencido de lo que dice, porque ya ha conseguido lo que parecía imposible. Hace 9 años iba en moto cuando se estrelló contra un coche. Su lesión D4, a la altura del pecho, lo dejó parapléjico. No dejó junto a sus padres Nekane y Antonio, de buscar alguna forma de luchar contra la lesión medular. “los resultados eran desalentadores. Hay mucho sinvergüenza que se quiere aprovechar”, dice su padre
Degant entró en contacto con el hospital Puerta de Hierro de Madrid, donde el doctor Jesús Vaquero, preparaba un ensayo clínico para probar el efecto de la terapia celular en lesiones medulares traumáticas; las producidas por accidentes de tráfico, laborales o caídas. Él era un candidato. El punto de partida fue hace 2 años, cuando le inyectaron en la lesión dosis de sus propias células madre, obtenidas de la médula ósea. La fisioterapia y un duro trabajo personal, ha hecho el resto. Degant, puede desplazarse gateando, ha mejorado el control de su cuerpo y ha ganado masa muscular en las piernas.
Es un caso extraordinario. Lo dicen los médicos, los fisioterapeutas, sus padres. Pero la terapia celular experimental que ha recibido, también ha tenido esperanzadores resultados en otros once pacientes con lesión medular que han participado en el ensayo. David Ordóñez es uno de ellos. “Fue un día, de golpe, empezaron a sudarme las piernas. Es como el primer síntoma de vida” cuenta. Y lo mismo dice Lidya Domínguez “Noto cuando me tocas las piernas. Es una sensación de que el cuerpo empieza a vivir.” Para todos la inyección de células madre en la lesión, y el intenso trabajo de fisioterapia, ha sido el tratamiento.
La terapia celular en ensayo clínico, es el resultado de 20 años de investigación en el hospital Puerta de Hierro de Madrid. El doctor Jesús Vaquero, responsable de los ensayos explica “El 100 por cien de los pacientes mejora su sensibilidad. El 78 por ciento controla esfínteres, algo impensable hasta ahora. Y se mejora la función sexual. Incluso en lesiones de 20 años. Hay pacientes que han registrado una actividad muscular del 80 por ciento.” Vaquero puntualiza “No hemos logrado curar la lesión medular. Hay que tener sensatez para saber que esto es un camino largo. Pero es la primera vez que los resultados nos permiten de que, la terapia celular, es útil para paliar las graves consecuencias de la lesión medular.”
La investigación continúa. Marisa Pina, emocionada por el cambio que ha supuesto en su vida poder nadar, mover con esfuerzo sus piernas, derrocha optimismo. “Mi expectativa siempre ha sido la misma: andar, volver a andar. Y lo voy a conseguir (rie), te digo que lo voy a conseguir”. Cuatro ensayos clínicos y 47 pacientes de toda España continúan presentando batalla a los efectos de la lesión medular.