El desodorante y el antitranspirante son productos distintos. El primero es el encargado de neutralizar las bacterias causantes del olor, mientras que el segundo está hecho a base de ingredientes que se asientan sobre las glándulas sudoríparas para evitar que liberen sudor, tal y como informa el portal web La nueva España.
Las bacterias localizadas en las axilas son las que provocan los malos olores: metabolizan el sudor y producen derivados que tienen un olor característico como la cebolla o el vinagre. El desodorante es el encargado de actuar sobre las bacterias.
Los antitranspirantes para evitar el sudor en las axilas funcionan exclusivamente si se aplican antes de dormir sobre la piel totalmente seca. A la hora de dormir la producción se reduce al mínimo y la axila está seca, algo que no suele suceder después de la ducha, ya que siempre se queda algo húmeda. La penetración de los antitranspirantes es mucho mayor cuando la piel está completamente seca.
Es fundamental escoger un producto adecuado bien sea de espray o barra y aplicarlo por la axila, también en los pliegues, y más allá del vello que se tenga en la zona. En caso de que encuentres restos de desodorante en la ropa, aplica menos cantidad.
En caso de usar antitranspirante, es recomendable hacerlo antes de dormir y una única vez. Al día siguiente, puedes ducharte ya que aunque el agua arrastre los restos del producto que te has echado, en el interior de tu piel estará actuando y controlará los olores durante las 24 horas promete el antitranspirante.