Desafiando al alzhéimer, se sobrepone el amor por los colores de un equipo; por sus trofeos, por su escudo y por su campo. Algunos enfermos aficionados del Valencia han tenido la oportunidad de visitar el estadio de Mestalla en el que pasaron incontables tardes de fútbol; tardes que regresan a su memoria tras tener la oportunidad de volver a pisar el césped. “Me acuerdo de todo, mucho. Yo estaba todos los partidos aquí”, cuentan, felices.
El fútbol es un poderoso estímulo para estos enfermos. “Se trasladan a aquellos años y te empiezan a comentar su historia de vida, su momento, dónde se encontraban en aquel entonces y qué pasaba en aquella época”, explica Dolores Martínez, psicóloga del Centro Ballesol Valterna.
Para ayudarles a recordar, exjugadores del Valencia se han implicado en el proyecto. “Son unas experiencias muy gratificantes”, cuenta el exfutbolista Fernando Giner.
Han comentado jugadas, victorias, alineaciones… Un regate al olvido, y un triunfo de su memoria.