El fútbol regresa al estadio Santiago Bernabéu 560 días después, a pesar de que todavía no han acabado las obras del estadio. Unas obras faraónicas, pero que desde la noche de este domingo no van a impedir que el Real Madrid juegue ya sus partidos en casa.
El Santiago Bernabéu tiene sus noches y ahora también sus obras mágicas. En solo cuatro jornadas, los operarios que trabajan en ellas se han tenido que emplear a fondo para habilitar el estadio de cara al choque de este domingo, incluido el césped, sembrado hace unos días.
Y como recompensa por su esfuerzo, los trabajadores están entre los 22.500 espectadores de este aforo provisional, determinado por las restricciones de la pandemia. Se han distribuido entre el segundo y tercer anfiteatro, ya que el primero está cubierto por lonas.
A partir de ahora, y hasta que acabe la remodelación, los aficionados van a estar con un ojo en el partido y otro en las obras del estadio para hacerse una idea de cómo será. Una estructura fija cubrirá todos los asientos, mientras que una retráctil se extenderá sobre el césped, que también será retráctil para otros eventos.
Pero no hay que precipitarse, todavía queda más de un año para que se inaugure lo que será un coliseo de diseño futurista. Así que, durante ese tiempo, los aficionados podrán seguir disfrutando de una combinación de fútbol y obras.