Una nueva borrasca azota Galicia con temporal marítimo y fuertes rachas de viento que han alcanzado los 140 kilómetros por hora.
Las consecuencias del temporal ha traído inundaciones y serios problemas para el tráfico en muchas localidades del oeste de la comunidad.
La borrasca llega a Galicia provocando una erupción en las alcantarillas de Vigo. El agua discurre calle abajo y en la costa se activa la alerta por el riesgo de inundaciones.
En algunos pueblos de la ría de Arousa ya se encuentran con los garajes anegados. Y con la misma intensidad en O Grove, Pontevedra, eliminan los restos de lluvia. Fuera son lagunas lo que hay sobre el asfalto y en Porriño alguno se ha quedado aislado en mitad de una balsa de agua. Casi no ha habido tiempo de reaccionar al fuerte chaparrón.
Hasta las tumbas del cementerio de Portosín, en La Coruña, han sido visitadas por la borrasca. De los que forman torrentes. Una acumulación de barro y piedras que llega hasta las carreteras cortando tramos como el ocurrido en Boiro. Ante este panorama solo se atrevía a circular algún que otro contenedor. Los conductores, más prudentes, preferían parar el coche y esperar a que pasara la tormenta.