Vivían en una habitación con baño propio alquilada en un piso bajo del edificio Adicora de la calle Camino de Santiago de Alcalá de Henares. Lo ha reconocido su dueño, que se encontró con toda una sorpresa cuando la policía, después de una denuncia interpuesta por su madre. El grupo de Homicidios encontró el cadáver descuartizado de la joven metida en la nevera en el cuarto de baño en la vivienda.
Las sospechas se dirigieron de inmediato a su compañeros sentimental, un español de 42 años que ya había sido interrogado antes por las fuerzas de seguridad ante la falta de señales de vida en los últimos tiempos de la joven. El hombre había dejado claro que habían roto y la joven se había ido. No era así, estaba en el frigorífico de la casa descuartizada. Desde el hallazgo del cuerpo, los responsables de homicidios tuvieron claro a quién debían seguir la pista: su pareja. El presunto autor del homicidio fue localizado y detenido y ya está en los calabozos de la Jefatura Superior a la espera de ser interrogado.
La joven de 22 años llevaba desaparecida desde hace año y medio, pero su familia, en concreto su madre, no puso denuncia de esa desaparición hasta el 30 de diciembre de 2018. La realidad es que la chica, con nacionalidad española y de origen ruso, casi no tenía relación con sus padres desde que se fue a vivir con el ahora arrestado. La llamaron para felicitarle el cumpleaños en diciembre y no contestó al teléfono. Cuando la volvieron a llamar para Navidad tampoco lograron dar con ella. Entonces fue cuando su familia se preocupó y acudió a la policía.
Los agentes interrogaron al detenido y les explicó que habían roto y se había ido. Versión que el acusado habría contado a sus conocidos, según ha relatado un vecino en El Programa de Ana Rosa. En este momento, el hombre no permitió a los agentes entrar en su casa. Pero esta vez, el dueño de la misma puso todas las facilidades.
La joven descrito como delgada y guapa era recordada hoy con pena por el vecindario, sorprendido por los hechos ya que el acusado trabajaba en un bar de la zona "era amable y simpático, era un excelente trabajador", confesaba aún en estado de shock su jefa. El acusado no vivía ya en la casa. Solía dormir, de hecho, en el bar donde trabajaba. No contaba con antecedentes. No daba el perfil de un asesino en potencia,que es de lo que ahora se le acusa. De hecho, el arrendador de la casa reconoce que siempre le pagaron puntualmente, nunca dieron un problema. Tanto fue así, que nunca puso un pie en el piso donde ellos tenían su habitación.