La historia de Benjamín, el pequeño de 7 años con cáncer y parálisis atrapado en su casa

  • Benjamín, con solo 7 años, va al colegio gracias a los bomberos de Málaga

  • Natalia, su madre, ha tenido que dejar de trabajar, está separada y no tiene recursos

  • Un cáncer en la cabeza que acabó en parálisis tiene a Benjamín postrado en una silla de ruedas

Es una historia de dolor la de Benjamín. La de una madre coraje, como tantas, también. Y la de la humanidad de unos bomberos, los de Málaga, que se han convertido en sus verdaderos superhéroes. Porque Benjamín ya ha saboreado con solo siete años el lado más amargo de la vida, tras padecer un tumor en la cabeza que desembocó en una parálisis en la mitad de su cuerpo.

También el lado más humano. El de una madre que ha abandonado su trabajo para dedicarle las 24 horas de su vida y la del cuerpo de bomberos de Málaga que ha hecho realidad el sueño de Benjamín de volver al colegio. Porque para hacerlo Benjamín tenía un serio problema. Vive en un cuarto piso.

Natalia Barrionuevo, su madre, ha contado su historia en Onda Cero, y ha pedido auxilio a las administraciones para que la ayuden. Pide poder vivir en un piso con ascensor o en un bajo. Hoy, dice sentirse desamparada.

Informativos Telecinco ha estado con ella en su casa y ha vivido in situ cómo es un día a día de solidaridad. Porque como dice Natalia, "su hijo depende de ella para todo". Son nada menos que 30 kilos de peso, aunque Benjamín tiene en los bomberos de Málaga sus propios ángeles de la guarda que le sacan de casa en brazos "cuesta, sí cuesta", reconocen . También lo son Miguel y Daniel, dueños del gimnasio Shodan de Marbella. Creen ambos que en estos casos hay que ayudar aunque ellos prefieren usar la silla del pequeño para bajarlo al parque, "aunque pese un poco más".

Natalia, separada, no tiene ahora ingresos y sobrevive con la ayuda de su hermana. Tiene otra hija. Y un futuro oscuro si nadie la ayuda en nada. Pese a que tenga a su lado algunos superhéroes. La sonrisa de Benjamín con su casco de bombero en la cabeza demuestra que la solidaridad siempre tiene recompensa.