La situación que está viviendo la ciudad australiana de Ingham parece una película de terror. Los vecinos de esta pequeña ciudad han visto una enorme colonia de murciélagos que se han hecho con la localidad.
Miles de ejemplares que se han establecido en los árboles de esta población han llegado a romper numerosas ramas debido a su peso. Los animales también conocidos como zorros voladores, son característicos por los gritos que emiten y por el olor peculiar de sus defecaciones. Por este motivo la vida en Ingham ha cambiado en los últimos días.
Los padres han dejado de llevar a sus hijos a las escuelas porque transmiten enfermedades. El mayor peligro al que se exponen es el lisiavirus, una enfermedad como la rabia que se transmite por picaduras y rasguños. Ya se han diagnosticado tres casos de esta en humanos en el país australiano.
Los murciélagos son una especie animal protegida según la ley estatal australiana, por lo que las opciones de que los vecinos puedan hacer algo para sacar a estos animales de la ciudad son muy pocas. Son permitidos métodos que no sean letales como las luces, el ruido o el humo, pero tan solo cuando no se están reproduciendo.