El kamikaze de la M-50 acusado de homicidio doloso podría enfrentarse hasta a 20 años de prisión

  • Las víctimas señalan que muchas penas de cárcel no superan los 4 años

El kamikaze de la M-50 que acabó con la vida de un joven el pasado domingo, se podría enfrentar a 20 años de cárcel, según ha explicado el fiscal de seguridad vial. Para ello habría que demostrar que hubo voluntad de matar, algo que no siempre es fácil. Las víctimas se quejan de que muchas penas de cárcel no superan los cuatro años. El año pasado se cerró con 60 condenas por conducción temeraria con desprecio a la vida ajena.

Kevin Cui Bai, de 24 años, es el kamikaze que acabó con la vida de Víctor López tras chocar contra su vehículo cuando conducía en dirección contraria. El presunto infractor permanece en prisión preventiva acusado de un delito de homicidio doloso, otro por consumo de alcohol al volante y otro delito de conducción temeraria con desprecio a la vida de las personas.

Esta última es una categoría de delito más grave que el de conducción temeraria, en el que se asume que el acusado sabía que podía hacer mucho daño. En el hipotético caso de que todas las causas saliesen adelante Kevin podría ser condenado hasta a 20 años de prisión. "Hablamos de un marco de pena de entre 10 y 20 años, puede parecer exagerado. Son entre 10 y 15 por homicidio, más 2 a 5 por conducción temeraria", señala Bartolomé Vargas, Fiscal de Seguridad Vial.

Conductas que terminan en siniestros como este que se llevó la vida del kamikaze y otro conductor que venía de frente. Así cada año se estima que se producen 150 accidentes provocados por kamikazes con una media de 25 fallecidos. En muchos casos el suicida muere y no se inicia proceso judicial contra él. Sólo en 2018 se abrieron 87 procesos por conducción temeraria con manifiesto desprecio a la vida ajena y se emitieron 60 condenas al respecto. Eso sí, no todos los perfiles de kamikazes son iguales. Muchas veces el conductor que va en dirección contraria puede haber provocado un accidente por haberse despistado o confundido de dirección. Y en ese caso, si hay juicio se desestimaría que exista esa voluntad de hacer daño.

Pero en otros, si se valora que pueda haber una voluntad dolosa: es en los casos en los que el conductor conduce bajo los efectos del alcohol o las drogas, el que quiere suicidarse haciendo daño o el que busca emociones fuertes. Y dentro de este segundo grupo hay un perfil especialmente peligroso."Aquel que tiene un alto nivel de agresividad y fuerte resentimiento contra la sociedad es el perfil más peligroso. Tiene una conducta psicopática con tendencias hacia el suicidio y generalmente tiene problemas con alcohol y drogas", comenta Luis Montoro, Catedrático de Seguridad Vial en la Universidad de Valencia. Cuando estamos ante un caso donde pueda haber voluntad dolosa, como el de Kevin, la clave es demostrarlo pero, ¿Cómo?

Las pruebas, claves para la condena

"Por una parte, vía policial, y otra, fuerte exploración psicológica, para ver condiciones mentales cuando ocurrió el acto. Maniobras realizadas, conducción en hechos, respuestas posteriores. Se analizan todos los compuestos del comportamiento", señalan los expertos en seguridad vial. Y esas pruebas son la que permitirían elevar la condena al kamikaze hasta superar la década. Porque los delitos de seguridad vial conllevan penas menores, insuficientes para las asociaciones de víctimas

"Pedimos modificar el código penal de acuerdo a la realidad de las cosas, y la dureza. Cuatro años son muchos años pero el cáncer permanente por la muerte de su hijo es para siempre", explica Fernando Muñoz, vicepresidente de la 'Asociación de Víctimas Stop Accidentes'. De momento el caso de Kevin está a la espera de juicio, en el que se tendrán que probar todas las acusaciones. Aunque ninguna sentencia podrá compensar el dolor de la familia de Víctor López.