Kiran es un niño en silla de ruedas que tiene prohibido ir al parque en Cádiz, prohibido porque lo que se encuentra al llegar a él es una valla de madera que le impide entrar. Además, el parque está rodeado por un arenero, por lo que aunque entrara, no podría poder moverse con libertad.
El menor es un superhéroe, pero de esos que luchan en silencio, de los que no tienen medallas. Su silla es su traje mágico, pero tiene una criptonita, la arena, esa que se encuentra cada vez que intenta ir al parque.
Por más que usa sus poderes se le clavan las ruedas y por si no fuera difícil, cuando lo consigue encuentra la valla del arenero que rodea el parque y le impide entrar. Mientras sus amigos juegan al pequeño Kiran solo le queda mirar.
Sus padres piden que los Reyes traigan lo que Kiran ha pedido y que sea el ayuntamiento de Cádiz quien se ocupe de estas barreras arquitectónicas, para que Superkiran pueda dedicar todos sus esfuerzos a luchar con otras dificultades.