La madre que llevaba una semana encerrada en el consulado de Uruguay en Barcelona con su hija ha entregado a la pequeña. Cumpliendo con la orden judicial, la progenitora ha dejado que la niña de 7 años se fuese con los Mossos d’Esquadra para que se la entregaran al padre biológico. A la salida, un grupo de personas mostraba su apoyo a la madre bajo gritos: “María no estás sola”.
La entrega se ha producido en la puerta del consulado en presencia de los abogados de la madre y supervisado por una psicóloga de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia de Cataluña. La menor hace más de tres años que no ve a su padre y se ha oído cómo decía “no me quiero ir” al despedirse de su madre. La progenitora ha roto a llorar y ha tenido que ser evacuada del edificio en ambulancia tras sufrir un ataque de ansiedad.
Esta mediática historia comenzó en el año 2016, cuando la madre viajó a Uruguay con su hija y presuntamente descubrió que la pequeña habría sufrido abusos sexuales por parte del padre. María se quedó a vivir con la niña allí y el exmarido la denunció en España por sustracción de menores. En 2018, la justicia española obligó a la madre a regresar a Cataluña y archivó los informes de psicólogos uruguayos que confirmaban los abusos. El litigio por la custodia de la menor resolvió que la niña tenía que vivir con su padre porque la madre la manipulaba y suponía un riesgo.
El progenitor no ha acudido a la delegación diplomática como estaba previsto, por lo que el coche de los Mossos ha llevado a la hija a su casa en Vielha.
La abogada del padre ha defendido durante este tiempo que la única solución era cumplir la resolución judicial. Los abogados de la madre han anunciado que presentarán un recurso contra la decisión de la jueza de otorgar la custodia al padre y que la madre solo pueda ver a su hija dos horas los sábados.