Sophie Masala, una mujer de 55 años, ha sido sentenciada a 27 años de prisión por asesinar a su compañera de trabajo, Maryline Planche, de 52 años, tras una discusión de ambas por unos documentos que tenían que presentar en su trabajo, un departamento que administraba los fondos para personas discapacitadas.
Según Metro, la mujer tenía una relación tan mala con su compañera que, tras la discusión, cogió una botella de vino llena y acabó con su vida golpeándola el pasado mayo de 2016. Tras ello, esperó una semana para volver al despacho donde había cometido el crimen y decapitó el cuerpo de la mujer, para después enterrarla en un hoyo que había cavado en el jardín comunitario.
Además, las autoridades han confirmado que la acusada también cortó el resto del cuerpo de la víctima en pedazos, y los repartió en diferentes bolsas que tiró en el Canal du Midi. Un transeúnte encontró las bolsas de basura y alertó a la policía.
La acusada ha defendido en todo momento que actuó en defensa propia y que atacó a su compañera por un ataque de pánico, pero los jueces del Tribunal de Toulouse la han sentenciado a 27 años de prisión, ya que al considerarse su estado depresivo, se ha rebajado la pena de cadena perpetua.