El reto de todos ellos es lograr excavar un metro cada ocho horas. El hecho de no haber hecho un estudio geológico previo añade incertidumbre al riesgo, pero en Asturias nadie duda que lo lograrán. La Brigada de Salvamento Minero tienen que trabajar con completa seguridad que es lo que ahora se está llevando a cabo para que empiecen a entrar en la cápsula roja. Descenderán al fondo del túnel de 60 metros construido de forma paralela al que cayó Julen para excavar con sus manos la galería que les lleve hasta el pequeño.
El tiempo estimado es de 24 horas, dependiendo del recorrido exacto y las condiciones que se vayan a encontrar los mineros. El reto es avanzar un metro cada ocho horas. Hay que tener en cuenta que deberán trabajar con los martillos neumáticos en una galería horizontal de entre 3,5 y 4 metros de largo, un metro de ancho y 1,20 de alto para comprobar si Julen se encuentra bajo el tapón de terreno sólido que frustró su búsqueda en el pozo original. Cuando logren superar el tapón estarán a más de 72 metros de profundidad.
Durante este proceso llevarán mascarillas y detectores de oxígeno, por eso irán acompañados por bomberos. Para evitar cualquier problema y también por una cuestión física harán turnos de dos cada cuarenta o sesenta minutos y tendrán que apuntalar con madera cada metro ganado a la roca.